El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció un decreto de reforma de la policía este martes, que prohíbe técnicas de estrangulamiento como método de inmovilización, a menos que “la vida de un oficial de policía esté en peligro”.
El decreto, anunciado desde los jardines de la Casa Blanca, “alienta” a las unidades policiales a adoptar “los más altos estándares profesionales”, dijo el mandatario republicano.
Subrayando su voluntad de restaurar “la ley y el orden”, también destacó la necesidad de “reunir a la policía y a la comunidad, no de mantenerlos alejados”.
La firma de la reforma policial se da como respuesta a la ola de protestas tras la indignación por el asesinato de George Floyd, un afromericano que murió por asfixia luego de que un policía lo inmovilizó colocándole la rodilla en el cuello, mientras él le repetía que no podía respirar.
Con este decreto, Trump dijo frente a líderes del gobierno, de la policía y parlamentarios republicanos, y con la notable ausencia de los familiares de las víctimas de la brutalidad policial, que pretende ofrecer un “futuro seguro a los estadounidenses de todas las razas, religiones, colores y creencias”.
El asesinato de George Floyd de 46 años ha provocado las mayores protestas en todo el país desde las movilizaciones en defensa de los derechos civiles en la década de 1960, así como la prohibición de prácticas policiales controvertidas, como técnicas de asfixia, o incluso, como en Minneapolis, a anunciar el desmantelamiento de la policía.
Al descontento generalizado por la muerte de Floyd, se sumó la noche del viernes la muerte en Atlanta del también afroestadounidense Rayshard Brooks tras recibir por la espalda un disparo policial, lo que llevó a la alcaldesa de esa ciudad a pedir la renuncia de la jefa de la policía y anunciar reformas en la fuerza.
Si bien consideró esta muerte como “muy perturbadora” y lamentó el fallecimiento de Floyd, Trump esquivó desde el comienzo de las protestas el debate sobre el racismo al tiempo que elogió el imperio de la “ley y el orden”.
El republicano, que busca ser reelegido en los comicios de noviembre, también señaló que el decreto busca fomentar “buenas prácticas” vinculando las subvenciones federales a la modernización de las normas policiales en todo el país.
Pero dejó en claro su “firme oposición” a los esfuerzos “radicales” para desmantelar los servicios policiales, como el anunciado en Minneapolis.
Los estadounidenses saben cual es la verdad: sin la policía, hay caos; sin ley, hay anarquía, y sin seguridad, es un desastre”, dijo.
Difícil acuerdo en el Congreso
“Desafortunadamente, este decreto no permite un cambio completo y significativo de nuestras unidades policiales para que asuman la responsabilidad que los estadounidenses reclaman”, dijo el líder de la minoría demócrata del Senado, Chuck Schumer.
Trump pidió al Congreso que acordara medidas que vayan más allá, aunque un compromiso entre republicanos y demócratas parece lejano.
La oposición demócrata podría adoptar la semana próxima en la Cámara de representantes, donde tienen mayoría, un proyecto que incluye la prohibición total de técnicas de asfixia y fustiga la amplia inmunidad que goza la policía.
Pero es muy poco probable que la iniciativa sea adoptada por el Senado, donde el oficialismo es mayoría.
Se espera que el único senador republicano negro, Tim Scott, presente un proyecto de ley que no incluiría el tema de la inmunidad, ni la prohibición total de técnicas de asfixia.
Mientras, la indignación crece al aparecer nuevos casos
El sheriff del condado de Los Ángeles, Alex Villanueva, se comprometió el lunes a investigar “profundamente” la muerte de Robert Fuller, un joven negro de 24 años hallado colgado de un árbol la semana pasada, considerada inicialmente como un suicidio.
En Nuevo México, en el sur, un hombre resultó gravemente herido el lunes por disparos durante una protesta, mientras que una milicia de extrema derecha, “fuertemente armada”, según las autoridades, se movilizó para contramanifestarse.