Hace seis años, miles de trabajadores norcoreanos fueron expulsados de la costa rusa del Pacífico por orden del presidente Vladimir Putin. Ahora, la historia ha dado un giro inesperado: estos mismos hombres han regresado, pero esta vez como soldados.
Las agencias de inteligencia han confirmado que en las últimas semanas, miles de soldados norcoreanos han llegado a Rusia para apoyar el esfuerzo bélico en Ucrania. Esta sorprendente alianza entre Rusia y Corea del Norte, resucitada a principios de este año, demuestra la drástica transformación de las relaciones de Rusia con sus vecinos y con el resto del mundo tras la invasión de Ucrania.
“Es una asociación militar que nadie se habría imaginado hace unos años”, comenta el experto geopolítico Iván Sánchez. “Pero Putin y Kim Jong-un parecen haber encontrado un terreno común en su oposición a Occidente”.
Los analistas señalan que esta colaboración militar podría tener graves consecuencias geopolíticas. “Rusia necesita desesperadamente refuerzos, y Corea del Norte parece estar dispuesta a proporcionarlos a cambio de concesiones económicas y políticas”, explica la experta en relaciones internacionales, Sofía Gómez.
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