Georgia se encuentra en una encrucijada histórica. Este sábado, los ciudadanos georgianos acudirán a las urnas para elegir un nuevo Parlamento, una decisión que podría marcar el rumbo del país hacia la Unión Europea. Con más del 80% de la población apoyando la integración europea, estas elecciones se perfilan como un referéndum sobre el futuro euroatlántico de Georgia.
El partido gobernante, Sueño Georgiano, ha dominado la política del país durante los últimos tres períodos. Sin embargo, su ambigua postura hacia la UE ha generado críticas de la oposición, que lo acusa de querer mantener el control bajo “sus propias condiciones”. Mientras tanto, el gobierno utiliza estratégicamente el miedo a la guerra y la propaganda anti-LGBTQ para movilizar a su electorado.
“No a la guerra y sí a la paz”, reza el lema de Sueño Georgiano, que busca convencer a los votantes de que solo ellos pueden garantizar la estabilidad. Pero la oposición advierte que el actual gobierno amenaza con prohibir a los partidos rivales y perseguir a los medios independientes, lo que pone en riesgo la democracia georgiana.
En estas elecciones cruciales, los georgianos deberán decidir si quieren continuar con el rumbo actual o si optan por un giro hacia una mayor integración con Europa. ¿Logrará Sueño Georgiano mantenerse en el poder o la oposición pro-UE dará la sorpresa? El futuro de Georgia cuelga de un hilo.
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