La mañana del domingo, el oriente cubano se estremeció con una fuerza que pocos han presenciado. Dos potentes sismos, de magnitudes 6.0 y 6.7, sacudieron la región, dejando un rastro de daños materiales que mantienen a las autoridades en alerta.
Según el Servicio Sismológico Nacional, el primer temblor tuvo su epicentro a 10 kilómetros de profundidad y 32 kilómetros al sureste del municipio de Pilón, en la provincia de Granma. Apenas una hora después, una réplica aún más fuerte, de 6.7 grados, se registró a 24 millas al sur de Bartolomé Masó, también en Granma.
“Fue bastante fuerte, sentí cómo temblaba todo, desde el asiento hasta los vasos. Salimos corriendo a la calle con los niños”, relata Maydenis Solano, residente de Bayamo, quien afortunadamente no sufrió daños en su hogar.
Lamentablemente, la situación en Pilón es más complicada, con las autoridades confirmando “muchos daños” en la zona. Afortunadamente, no se prevé la ocurrencia de tsunamis, según el jefe del Servicio Sismológico Nacional.
Esta no es la primera vez que el oriente cubano se ve sacudido por la actividad sísmica. En octubre del año pasado, un temblor de magnitud 5.1 también removió Santiago de Cuba, sin causar mayores estragos. Con estos últimos eventos, suman ya 14 los sismos registrados en Cuba durante 2024.
Estas sacudidas se suman a los desastres naturales que han azotado recientemente al país, como el huracán Oscar y el más reciente Rafael, que han dejado a miles de familias sin hogar y sin electricidad.
¿Estás preparado para enfrentar estos fenómenos naturales? Mantente informado y suscríbete a N24, tu fuente confiable de noticias en tiempos de crisis.