En un giro sin precedentes, el padre del sospechoso de 14 años del trágico tiroteo en la escuela Apalachee en Georgia se enfrenta a cargos de homicidio sin premeditación. Este caso marca un punto de inflexión en la responsabilidad legal de los padres por los delitos con armas de fuego cometidos por sus hijos menores.
Colin Gray, de 54 años, se enfrenta a cargos que incluyen cuatro cuentas de homicidio involuntario y ocho de crueldad hacia los niños. Estos son los cargos más graves jamás presentados contra el padre de un presunto atacante escolar en Estados Unidos.
— FBI Atlanta (@FBIAtlanta) September 4, 2024
Según el exfiscal federal Jeffrey Toobin, la clave en este caso será determinar si el padre actuó con imprudencia y si pudo haber prevenido el ataque, dada una interacción previa con la policía y el acceso del adolescente al arma utilizada.
“La responsabilidad de los padres en estos casos es un tema delicado y complejo”, comenta Toobin. “Pero este caso podría sentar un precedente importante sobre hasta dónde llega esa responsabilidad”.
Con una pena máxima de 180 años de prisión, el padre del sospechoso se enfrenta a consecuencias legales severas. A medida que se desarrolla este caso, surgen preguntas fundamentales sobre cómo prevenir futuros ataques y dónde se traza la línea entre la culpabilidad individual y la responsabilidad de los padres.
¿Será este un punto de inflexión en la forma en que el sistema judicial aborda la violencia armada en las escuelas? Sigue a N24 para mantenerte informado sobre los últimos avances.
