Ap
Periódico La Jornada
Jueves 25 de mayo de 2023, p. 24
Washington. La agencia antidrogas DEA ha permitido a uno de los mayores distribuidores de fármacos de Estados Unidos seguir vendiendo analgésicos adictivos durante casi cuatro años, a pesar de la recomendación de un juez de retirarle la licencia por su indiferencia negligente ante miles de pedidos sospechosos que han alimentado la crisis de los opioides.
La DEA no respondió a las preguntas reiteradas de la agencia Ap sobre la forma en que manejó el caso de Morris & Dickson Co, ni la participación de un consultor de alto perfil que la empresa contrató para evitar sanciones y quien ahora es el segundo al mando de la directora de la DEA, Anne Milgram.
Sin embargo, el retraso ha suscitado dudas acerca de cómo esa puerta giratoria entre el gobierno y la industria farmacéutica puede estar afectando a la misión de la DEA de vigilar a las empresas del ramo señaladas de ser responsables de miles de muertes de estadunidenses por sobredosis.
Si la DEA hubiera emitido su orden de manera oportuna, uno podría creer que su segundo al mando no estuvo involucrado, a pesar de un evidente conflicto de intereses , recalca Craig Holman, experto en ética de la organización de vigilancia Public Citizen, con sede en Washington. El simple hecho de que su acción se haya retrasado cuatro años sólo genera señales de alerta. Pone todo el proceso bajo sospechas graves , agrega.
La semana pasada, después de que Ap se acercó a la DEA en busca de comentarios, la agencia rompió el silencio sobre el tema y notificó abruptamente a Morris & Dickson que decidió revocarle su licencia para distribuir sustancias controladas, según dos personas familiarizadas con el caso y que hablaron bajo condición de anonimato.
Sin embargo, aún no se ha publicado ninguna orden definitiva. La compañía ha descrito la revocación como una virtual sentencia de muerte para sus operaciones y es casi seguro que impugnará la decisión en un tribunal federal.
Louis Milione, quien fue nombrado subdirector de la DEA en 2021, no respondió a las solicitudes de comentarios. Se retiró de la agencia en 2017 después de una carrera histórica de 21 años que incluyó dos años al frente de la división que controla la venta de narcóticos altamente adictivos. Al igual que decenas de colegas en la poderosa, pero poco conocida Oficina de Control de Desvíos de la DEA, comenzó a trabajar de inmediato en su nuevo empleo de consultor para algunas de las mismas empresas a las que se le encomendó regular, incluida Morris & Dickson.
Dicha compañía contactó a Milione como parte de un contrato de 3 millones de dólares para salvar su licencia de suministro de analgésicos después de que la DEA la señaló en 2018 por no alertar sobre miles de pedidos sospechosos de gran volumen.