En una noche histórica, la vicepresidenta Kamala Harris aceptó la nominación presidencial del Partido Demócrata, prometiendo ser “una presidenta para todos los estadounidenses”.
Ante una multitud eufórica en el United Center de Chicago, Harris, de 59 años, compartió sus humildes orígenes en la Bahía de San Francisco y rindió homenaje a su madre, la científica Shyamala Gopalan, quien le inculcó la importancia de luchar por la justicia.
“Entre la democracia y la tiranía, sé dónde estoy y dónde tiene que estar Estados Unidos”, declaró Harris, contrastando su visión con la de su rival, Donald Trump, a quien describió como “un hombre poco serio” cuyas consecuencias serían “extremadamente graves” si volviera a la Casa Blanca.
La candidata demócrata hizo un llamado a la unidad, prometiendo ser una líder que “une en torno a nuestras más altas aspiraciones” y que “siempre luchará por el pueblo estadounidense”. Su discurso, que coincidió con su décimo aniversario de boda, fue recibido con vítores y aplausos por los delegados.
Figuras clave del Partido Demócrata, como el presidente Joe Biden, Barack Obama y Bill Clinton, respaldaron a Harris como la heredera de su legado, destacando su experiencia, integridad y capacidad de liderazgo.
Con la convención demócrata llegando a su fin, Kamala Harris se prepara para enfrentar a Donald Trump en los debates presidenciales y llevar su mensaje de unidad y progreso a todo el país.