Apenas 24 horas después de una oleada de explosiones que dejó 12 muertos y 2.800 heridos, el Líbano vuelve a ser sacudido por una nueva ola de ataques. Esta vez, los puntos controlados por el grupo chiita Hezbolá han sido el blanco, con al menos 20 fallecidos y más de 450 heridos.
Según las autoridades, los walkie-talkies utilizados por los milicianos de Hezbolá han sido el objetivo de estas explosiones, que han ocurrido en el sur de Beirut, así como en otras zonas del sur y este del país. Testigos presenciales han descrito escenas caóticas, con vehículos y motocicletas en llamas y viviendas incendiadas.
La Cruz Roja libanesa ha movilizado 30 equipos de ambulancias para atender a los heridos, mientras que el Ejército ha pedido a la población que se mantenga alejada de los puntos afectados para facilitar el trabajo de los servicios de emergencia.
Estas explosiones se producen en un momento de gran tensión en la región, con Hezbolá enfrentado a sus rivales políticos y a las fuerzas de seguridad libanesas. Aunque las autoridades no han revelado detalles sobre los responsables de estos ataques, es evidente que se trata de un golpe devastador para el grupo chiita, que ha perdido a varios de sus miembros en los últimos días.
¿Qué se esconde detrás de estos ataques? ¿Será este el inicio de una nueva espiral de violencia en el Líbano? Estas son las preguntas que surgen ante esta situación tan delicada y que mantendrán en vilo a la región en los próximos días.
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