Apenas 24 horas después de una oleada de explosiones que dejó 12 muertos y 2.800 heridos, el Líbano vuelve a ser sacudido por una nueva ola de incidentes explosivos. Esta vez, las zonas controladas por el grupo chií Hezbolá fueron el blanco, con al menos 14 personas fallecidas y más de 450 heridas.
Según las autoridades, los walkie-talkies utilizados por los milicianos de Hezbolá fueron el objetivo de estos ataques. Los dispositivos explotaron en diversos puntos del sur de Beirut, así como en las ciudades de Sidón y Baalbek. Algunas de las detonaciones ocurrieron dentro de vehículos e incluso mientras los combatientes se movilizaban en motocicletas.
“Escuchamos las mismas explosiones que ayer”, relató un testigo, describiendo cómo varias viviendas en el suburbio de Dahye, en Beirut, se incendiaron a raíz de los incidentes. Las fuerzas de seguridad han intensificado su presencia en la zona, con el vuelo de al menos un dron sobrevolando el área.
Ante esta nueva oleada de ataques, el Ejército libanés ha pedido a la población que evite aglomerarse en los puntos afectados, a fin de permitir el paso de los equipos de emergencia. La Cruz Roja local, por su parte, ha informado que están respondiendo con 30 ambulancias a múltiples explosiones en diferentes regiones del país.
Mientras las autoridades investigan los orígenes de estos ataques, una cosa es clara: el Líbano se enfrenta a una situación de inestabilidad que pone en riesgo la seguridad de sus ciudadanos. ¿Qué se esconde detrás de estos incidentes y cómo afectarán la delicada situación política del país? Mantente informado con las últimas noticias de N24, tu fuente de información confiable y de vanguardia.