En un testimonio estremecedor, Dominique Pélicot, un hombre francés de 71 años, reconoció ante un tribunal que drogó sistemáticamente a su entonces esposa Gisèle y permitió que docenas de hombres la violaran durante casi una década.
“Hoy afirmo que, junto con los otros hombres aquí presentes, soy un violador”, declaró Pélicot con voz temblorosa. “Ellos lo sabían todo. No pueden decir lo contrario”.
Su impactante confesión ha conmocionado a Francia y despertado una nueva conciencia sobre la violencia sexual. Muchos esperan que su testimonio arroje luz sobre este caso tan perturbador.
Pélicot relató eventos traumáticos de su infancia, como haber sido víctima de abuso sexual a los 9 años y presenciar el comportamiento inapropiado de su padre hacia una niña acogida en la familia. Argumentó que estos sucesos marcaron su juventud y sembraron en él la semilla de la perversión.
“Uno no nace pervertido”, dijo Pélicot a los jueces, entre lágrimas. “Desde mi juventud solo recuerdo shocks y traumas, olvidados en parte gracias a ella. No merecía esto, lo reconozco”.
Gisèle Pélicot, que se encontraba en la sala, se puso las gafas de sol en ese momento. Más tarde, su exmarido afirmó que “estaba loco por ella” y que “lo arruiné todo”.
En 2020, un guarda de seguridad descubrió a Pélicot tomando videos debajo de las faldas de mujeres en un supermercado, lo que llevó a la policía a registrar su domicilio y encontrar miles de fotografías y videos de hombres manteniendo relaciones sexuales con Gisèle mientras parecía estar inconsciente.
Si es declarado culpable, Pélicot podría ser condenado a 20 años de cárcel. Además de a él, se juzga a 50 hombres de entre 26 y 74 años.
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