¿En qué se diferencia con un eclipse solar?
En el caso del eclipse solar, es la Luna la que se interpone en el ‘camino’ del Sol, siendo visible desde la Tierra. Para que se produzca, el Sol, la Luna y la Tierra deben estar en el mismo plano. En concreto, suelen acontecer cuando la Luna está muy cerca del plano de eclíptica (la línea curva por donde transcurre el Sol alrededor de la Tierra).
La mayor diferencia entre ambos eclipses es la colocación de los astros. En un eclipse lunar, la Tierra se interpone entre el Sol y la Luna, mientras que en un eclipse solar, es la Luna la que se interpone entre la Tierra y el Sol. El nombre del eclipse es el del astro que queda oscurecido. Esta es la principal diferencia, pero no la única.
En el eclipse lunar no son necesarias gafas de sol ni ningún tipo de protección ocular para poder verlo, mientras que en el solar sí. Podrá disfrutarse a simple vista, aunque con unos prismáticos o un telescopio se pueden observar mejor los detalles de la superficie lunar. Sin embargo, para poder apreciarlo en su totalidad es recomendable ir a un sitio alejado de la contaminación lumínica, mientras que el solar puede verse sin importar esta contaminación.
Otra diferencia es la ubicación desde donde es visible. Mientras que el eclipse lunar puede verse en toda la Tierra, el solar solo se verá desde una parte de la misma. Además, la duración del lunar es mucho mayor que la de un eclipse solar, que apenas es visible en su punto máximo durante un máximo de 8 minutos. Por último, un eclipse solar se produce en una fase de luna nueva, mientras que el eclipse lunar ocurre con el plenilunio.






