Trabajaba en la zona de Tijuana, México, para el Cártel de los Arellano Félix. En una década desapareció entre 300 y 650 cuerpos. A ocho años de su detención, se acaba de descubrir la fosa más grande donde ocultaba su trabajo: allí parecieron 7,000 fragmentos humanos y unas 2,000 piezas dentales