En un golpe devastador para el “Eje de la Resistencia” en Oriente Medio, el histórico líder de Hezbolá, Hasán Nasrala, ha fallecido en un ataque israelí contra Beirut. Junto a él, también perdió la vida un alto mando de la Guardia Revolucionaria iraní, el general de brigada Abbas Nilfrushan.
Este ataque sin precedentes ha sacudido los cimientos de la alianza entre Irán, Hezbolá y otros grupos antiisraelíes en la región. Nasrala, considerado uno de los principales líderes de la resistencia contra Israel, era una figura clave en este “Eje de la Resistencia” que Teherán lidera.
La muerte de Nasrala y Nilfrushan representa un duro golpe para este bloque geopolítico. Irán ha asegurado que el “camino” de Nasrala continuará, pero la desaparición de este influyente líder deja un vacío difícil de llenar.
El ataque israelí se produjo en los suburbios de Beirut, donde se encontraba la sede central de Hezbolá. Este grupo chií libanés, respaldado por Irán, ha sido durante décadas uno de los principales adversarios de Israel en la región.
La tensión entre Israel y Líbano ha escalado en los últimos meses, con ataques y represalias entre ambos bandos. Este último ataque israelí, que ha cobrado la vida de Nasrala, representa un giro dramático en este conflicto de larga data.
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