Apenas un año después de su renacimiento, la aerolínea Mexicana de Aviación se encuentra en una tormenta de problemas. Tras un recorte repentino de 8 destinos, la compañía se ha visto obligada a reducir su red a solo una decena de rutas clave en el país, operando con una flota de apenas dos aviones.
En un intento desesperado por mantener sus promesas, el gobierno de AMLO tuvo que recurrir al Ejército para que cediera 3 aeronaves de la Fuerza Aérea. Pero incluso eso no fue suficiente para cumplir con los 20 destinos prometidos. Así que Mexicana recurrió a una empresa prácticamente en quiebra: TAR, una aerolínea regional con solo 5 aviones de 50 plazas.
Mexicana firmó un contrato de arrendamiento con TAR, pagando 333 millones de pesos para que operara algunas de sus rutas. Cabe destacar que el gobierno había tenido la opción de cortar el suministro de combustible a TAR por impagos, como hizo con otras aerolíneas, pero aun así le permitió seguir volando.
Ahora, la salida de TAR como socio-operador de Mexicana pone en duda la promesa de atender mercados aéreos desatendidos. ¿Podrá Mexicana de Aviación mantener el vuelo o se verá obligada a un aterrizaje forzoso?
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