Una sombra oscura se cierne sobre los hospitales de México. El brote de una superbacteria letal ha cobrado la vida de 13 recién nacidos, dejando a sus familias devastadas y a todo el sistema de salud en alerta máxima. Esta bacteria, conocida como Klebsiella, es un enemigo implacable que se ha vuelto resistente a los antibióticos, convirtiendo lo que debería ser un lugar de curación en una trampa mortal.
La resistencia antimicrobiana (RAM) es un problema de salud pública global que amenaza con convertirse en una de las principales causas de muerte para 2050, superando incluso a la pandemia de COVID-19. Según un estudio publicado en The Lancet, en 2019 se registraron casi 5 millones de muertes relacionadas con la RAM, de las cuales 569,000 fueron en América Latina. Klebsiella se encuentra entre los 6 patógenos más letales.
El brote en 4 hospitales del Estado de México es una tragedia que debe servir de llamado de atención. Las autoridades tardaron 5 días en emitir la alerta epidemiológica a nivel nacional, lo que pudo haber agravado la situación. Ahora, es imperativo que se realice un análisis exhaustivo para identificar la fuente de la contaminación y tomar medidas preventivas efectivas.
La presidenta de la Asociación Mexicana para el Estudio de las Infecciones Nosocomiales (AMEIN), Daniela de la Rosa, enfatiza la importancia de determinar los lotes de insumos contaminados y las causas subyacentes, para evitar que el problema se repita. Además, se debe investigar a fondo a la empresa proveedora de nutrición parenteral, Safe, que ya tuvo un incidente similar en el pasado.
Este brote es una oportunidad para concientizar al público sobre la gravedad de la resistencia antimicrobiana. Es hora de que el sistema de salud tome medidas decisivas para proteger a los más vulnerables y evitar que más familias sufran la pérdida de sus seres queridos.
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