En un movimiento audaz, la Cámara de Diputados aprobó durante la madrugada la polémica reforma energética propuesta por el expresidente Andrés Manuel López Obrador. Esta reforma, que busca modificar ciertos artículos de la Constitución, promete traer alivio a los bolsillos de los consumidores al garantizar precios justos en combustibles y electricidad.
La aprobación, respaldada por 350 votos a favor y 111 en contra, representa un hito histórico en la búsqueda de la soberanía energética del país. La reforma busca fortalecer a las empresas públicas Pemex y CFE, devolviéndoles su condición de pilares estratégicos en el sector.
Según la presidenta Claudia Sheinbaum, la reforma respetará los contratos existentes con empresas privadas, pero establecerá una mesa de diálogo para discutir las leyes secundarias. Esto sugiere un equilibrio entre la inversión privada y el papel preponderante del Estado en la generación de energía.
El hijo mayor de AMLO, José Ramón López Beltrán, celebró la aprobación de la reforma, calificándola como un “avance histórico” que reconoce a Pemex y CFE como empresas públicas clave para la soberanía energética.
Con esta reforma, el gobierno espera lograr una mayor producción de petróleo y gas natural, así como la sustitución de centrales eléctricas contaminantes por tecnologías limpias. Esto, a su vez, podría generar un crecimiento económico y la creación de nuevos empleos.
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