Refrescos mexicanos: Cuando la Sidra Pino invitó al “enemigo” a su casa en Yucatán y desapareció

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Si hay refrescos que marcaron a los yucatecos y que todavía muchos añoran, esos son los producidos por la Sidra Pino, desde sus tradicionales sabores cebada y negra, hasta el icónico Soldado de Chocolate. Aunque el edificio continúa en el mismo lugar con signos de abandono, sus puertas no volvieron a abrir y el sueño de aquel capitán de barco que deleitaba a sus invitados con bebidas naturales llegó a su fin.

José María Pino Rusconi era un capitán al que le encantaba preparar bebidas naturales como la negra (con vainilla y plátano) y que con esa pasión fundó su propia refresquera en 1888. De acuerdo con Humberto Sánchez Baquedano, quien investigó por años la historia, él era oriundo de Campeche. Jamás imaginó que su emprendimiento se volvería tan importante entre los yucatecos por varias generaciones.

Fundo así la Embotelladora de Refrescos Pino S.A. de C.V. y luego buscó la patente de Sidra Yucatán, que fue reconocida en 1898. De esta manera, las personas empezaron a deleitarse con la Pino negra, de jamaica, cebada, manzana, toronja, uva, mandarina y limón, que venían en su presentación de vidrio. Al fallecer, la empresa de este visionario pasó a su hijo José María Pino Domínguez.

Con el “enemigo” en Yucatán

En 1935 la Sidra Pino comenzó a distribuir Coca-Cola, que más tarde adoptó la familia Ponce en Yucatán. Sin embargo, esta invitación fue el antecedente del fin, porque luego esta compañía empezó a dominar el mercado regional junto con Pepsi.

En 1946 llegó a Mérida Pepsi-Cola con algo que no anticiparon, una botella que tenía el doble de refresco que otras marcas y al mismo precio. Entonces, empezó a liderar el mercado. En los 50, la Sidra Pino lanzó el Soldado de Chocolate que, si bien era una marca norteamericana, recibían el concentrado en Progreso, Yucatán.

En ese momento, la embotelladora fue heredada por los hijos de José María, Luis Felipe, Víctor Manuel y Raúl Pino Domínguez, quienes la vendieron a Jalil Gáber, un hombre de origen libanés que cambió el logo por el de un cedro y la palabra pino en las letras verdes, que hacían alusión a la bandera de Líbano. En los 60 el mercado de esa región cambió y Coca-Cola tuvo la delantera, luego quedó Pepsi y Pino en el tercer lugar.

Cuando la Sidra Pino cerró sus puertas

En 1994 empezó el declive y tanto Pepsi como Coca-Cola empezaron a crecer mucho más. Bepensa lanzó una bebida de sabor chocolate que muchos conocen, la Bevi. En 2011 Sidra Pino quedó en bancarrota, estalló una huelga y cerró sus puertas. No fue hasta el 21 de julio de 2014 que la historia de este sueño llegó a su fin de forma definitiva.

Las bebidas como la Coca o la Pepsi no fueron los únicos factores que llevaron a su cierre. Cuando la huelga estalló se supo de la explotación a la que estaban sometidos los empleados, que recibían la mitad de sus sueldos y trabajaban más de diez horas. En un momento de quiebre, el último dueño Victor “el Chacal” Erosa se marchó y dejó a sus trabajadores desamparados, un incidente que causó muchos movimientos sociales.

En la actualidad, aunque muchos han intentado imitar la receta original de los icónicos sabores negra y cebada, todavía, según la percepción popular, ninguno ha logrado encontrar el “secreto”.