Si el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador no cambia su estrategia en materia de seguridad, existe el riesgo del “aumento importante” o “grandes epidemias” de violencia en el país.
Así coincidieron Ana María Salazar y Eduardo Guerrero, analistas de EL FINANCIERO, al participar en el foro EF Meet Point Estrategia de Seguridad. ¿A dónde nos lleva?, de esta casa editorial, y moderado por el periodista Omar Cepeda Castro.
“Lo que vislumbro que podría suceder en los tres años que le quedan a esta administración es que va a incrementar en forma importante, no sólo la violencia por estas organizaciones criminales, sino el control territorial”, alertó Salazar.
“El gobierno debe ser mucho más rápido y ágil para responder a las urgencias, porque la violencia tiene una lógica expansiva y podrían empezarse a registrar grandes epidemias de violencia”, agregó Guerrero.
En el foro, los expertos de temas de seguridad analizaron aspectos como la creación de la Guardia Nacional, la estrategia del gobierno federal y lo que le espera al país en este rubro para el resto del sexenio.
En la mesa de análisis participó también Edna Jaime, de México Evalúa. Dijo que la estrategia de la 4T se basa en dos pilares (la Guardia Nacional y programas sociales), los cuales “no dan” para resolver el problema de violencia.
“Hay una simplificación del entendimiento del problema, pero se necesita mucho más”, dijo. Calificó de fallida la política federal en la materia, cuyos efectos, señaló, se sentirán a mediano y largo plazo.
Además, criticó a la FGR por estar más ocupada con la persecución política que atendiendo la necesidad de identificar, entender y desmantelar las redes criminales.
Ana María Salazar agregó que no ve una estrategia de cómo piensa el Presidente reducir la violencia extrema, acotar la capacidad bélica de las organizaciones criminales y evitar que continúen ganando control territorial.
“Abrazos y no balazos es un lema que representa, tal vez, un interés del Presidente en buscar mecanismos negociados o no violentos para poder reducir la violencia, pero no es una estrategia”, puntualizó.
“(Pero) si esa es la estrategia, yo diría que la expresión abrazos y no balazos representa una invitación a negociar o que el Estado está dispuesto a someterse a las demandas de estas organizaciones”, agregó.
Consideró que es necesario separar la estrategia de reducción de la delincuencia, de la estrategia de reducción a la violencia, pues son problemas diferentes, con soluciones y prioridades diferentes.
“Creo que en este momento, con lo que se está viviendo en el país, el enfoque debería ser la reducción de la violencia contra poblaciones y tratar de evitar el control territorial de estas organizaciones”, abundó.
Eduardo Guerrero aseguró que a casi tres años del gobierno del presidente López Obrador, “se advierte claramente un fracaso” en términos de reducción de la violencia.
Asimismo, cuestionó el papel de la Guardia Nacional, pues dijo que no sólo no ha podido consolidarse, sino que ha sido relegada a acciones contra la delincuencia callejera en lugar de atacar al crimen organizado.
Finalmente, Edna Jaime aseguró que no hay política criminal ni capacidad institucional para responder en el corto plazo a la inseguridad.
“Lo que tenemos se queda bien cortito, pero no sólo se queda cortito, destruimos capacidades ya construidas y el balance no es positivo”, agregó. Indicó, sin embargo, que aún hay tiempo para corregir el camino.