“Lamentamos profundamente el deceso de nuestro compañero Víctor Hugo Zavala Morales, Jefe de la Unidad Especializada de Policía de Investigación de la UECS”, publicó la dependencia en redes (Foto: Fiscalía Michoacán)
Tras una balacera entre ministeriales y presuntos sicarios que abandonaban un cadáver en Michoacán, un oficial perdió la vida, lo mismo que uno de los probables delincuentes, mientras que otro agente resultó herido.
De acuerdo con la Fiscalía de Michoacán, agentes de esta dependencia realizaban labores de investigación al Oriente del estado, por la madrugada de este 27 de febrero, cuando se percataron que un grupo de sujetos se deshacían de un cuerpo sin vida sobre la carretera Ciudad Hidalgo-Zitácuaro.
Según el reporte, los hombres estaban armados y al notar la presencia de los agentes comenzaron a disparar, lo que desató el enfrentamiento a la altura de San Felipe de Los Alzati.
“En el sitio dos servidores públicos adscritos a la Unidad Especializada de Combate al Secuestro (UECS), resultaron lesionados, mientras que un presunto agresor fue abatido; el infractor tenía en su poder un rifle de alto calibre. Asimismo se realizó la detención de otra persona, a quien le fue asegurada un arma de fuego”, reportó la dependencia.
En la refriega uno de los agresores fue abatido y un oficial perdió la vida cuando era intervenido, mientras que otro agente más resultó herido (Foto: Cuartoscuro)
Pese a que los agentes heridos fueron trasladados al hospital, uno de ellos murió apenas recibía atención médica. En tanto el otro oficial logró sobrevivir al ataque.
Víctor Hugo Zavala Morales, Jefe de la Unidad Especializada de Policía de Investigación de la UECS, fue el oficial que perdió la vida en la refriega.
“La Fiscalía General expresa sus más sentidas condolencias a familiares y amistades del compañero Víctor Hugo Z., quien perdió la vida en aras del cumplimentó del deber, por lo que ratifica su compromiso de garantizar la aplicación de la ley, para que este lamentable hecho no quede impune”, prometió la institución.
Apenas este jueves, la fiscalía reportó el hallazgo de seis cuerpos de personas del sexo masculino en el municipio de Tacámbaro, Michoacán. El reporte de los hechos se llevó a cabo durante la mañana, por lo que personal de la Fiscalía Regional de Uruapan acudió La Cascada, ubicada en la localidad de Yoricostio, con la finalidad de inspeccionar el lugar y trasladar a los fallecidos, quienes hasta el momento se desconoce su identidad.
Juan José Farías, el “Abuelo” (izquierda) mantiene una lucha encarnizada con las huestes de Nemesio Oseguera Cervantes (derecha), líder del CJNG (Foto: Infobae México)
La Unidad Especializada en la Escena del Crimen estableció que se trataba de los cuerpos de hombres que rondan entre los 20 y 35 años de edad.
En la entidad se desarrolla una pugna entre los cárteles Unidos y el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), algo que ha posicionado al estado como uno de los más peligrosos del país, sólo por debajo de Guanajuato.
Cárteles Unidos —que surge del reagrupamiento de Los Viagras y otras células delictivas en Michoacán— es un grupo radical que actúa a través de la violencia como su carta de presentación. Esta organización pretende, de forma absoluta, dominar las amplias regiones de Tierra Caliente, Michoacán.
El grupo delictivo local se ha envuelto en una guerra sin fin con el CJNG, bajo el ala de Nemesio Oseguera Cervantes, el “Mencho”. Esta organización conocida también como el cártel de la última letra ha arremetido contra Cárteles Unidos y su líder José Álvarez Farías, el “Abuelo”, amenazándolos con desplazarlos de su bastión en una guerra casi “invisible” para el resto del país.
Así es una batalla territorial entre las autodefensas de Michoacán y el Cártel Jalisco Nueva Generación, con armas de alto poder (Captura de pantalla/Televisa)
La conquista de Michoacán ha tomado mucho más tiempo que el que inicialmente habían contemplado los comandantes del Cártel Jalisco Nueva Generación. Las mafias locales tienen ventajas innegables. En primer lugar, conocen bien el terreno. Todas las localidades, colonias, escondites, las conocen como la palma de su mano.
En segundo lugar, muchos políticos y mandos policiacos mantienen una relación histórica con las mafias michoacanas. No sólo cobran soborno, sino que varios son integrantes con plenos derecho de los propios cárteles. Finalmente, extirpar a los grupos criminales locales, en muchos casos conlleva aniquilar a familiar y barrios completos.
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