En un acto histórico, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, ofreció una disculpa pública en nombre del Estado por la brutal represión de las protestas estudiantiles del 2 de octubre de 1968. Ante las madres, padres y sobrevivientes de aquella trágica jornada, la mandataria firmó un decreto de no repetición y reconoció que el crimen fue “ideado, ejecutado y encubierto desde la más alta autoridad del poder público”.
“Hace 56 años, jóvenes como ustedes se manifestaban en las calles para que no hubiera represión, y cómo les contestó el gobierno de entonces, con balas. Eso es lo que no puede volver a ocurrir”, enfatizó Sheinbaum, quien reiteró su compromiso de continuar con las investigaciones judiciales y garantizar el acceso a la justicia para las víctimas.
La titular del Ejecutivo recriminó a quienes se molestaron por la disculpa, afirmando que “enaltece de nuevo a los pueblos y a las naciones” cuando el Estado reconoce y pide perdón por las atrocidades cometidas. Asimismo, destacó que este acto es un paso fundamental para evitar que “hechos tan dolorosos” se repitan en el futuro.
En paralelo, el Comité 68 Pro Libertades Democráticas informó que las fiscalías han reactivado los procesos judiciales contra los perpetradores de los delitos de Estado cometidos durante las luchas estudiantiles de las décadas de 1960 y 1970. Desde el comité, se insistió en la importancia de mantener la independencia judicial y el estado de derecho democrático como pilares de un Estado soberano.
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