Enviar como delegado en Sinaloa al coordinador de Estrategia del Comité Ejecutivo Nacional, Carlos Iriarte, días después de ganar Coahuila e Hidalgo en octubre pasado, fue la primera señal que mandó el PRI desde su nivel central: nuestro estado es prioridad para el tricolor en las elecciones del 6 de junio, porque ve aquí terreno fértil para anotarse otro triunfo contundente.
Lo dijo Iriarte en su primer encuentro con sectores y liderazgos priistas de la entidad hace cuatro meses: “En Sinaloa están dadas las condiciones para repetir el fenómeno de Hidalgo y Coahuila”.
¡Bien! Te has suscrito a notificaciones Configura y elige tus preferencias
Dos factores, dijo entonces, documentan tal confianza: el voto cautivo que atrae Quirino Ordaz, uno de los dos mandatarios estatales mejor calificados del país por sus propios gobernados en todas las encuestas, y la sólida estructura electoral que ha logrado consolidar el presidente del PRI en Sinaloa, Jesús Valdés. Honor a quien lo merece: Chuy “se la ha rifado” como los grandes.
El 22 de enero surgió un tercer elemento que fortalece el pronóstico en favor del Partido Revolucionario Institucional, y nos referimos a uno clave: se registró como precandidato a la gubernatura el senador Mario Zamora, seleccionado no por el típico “dedazo” de la vieja escuela, sino con base en números fríos y certeros; figuró en el primer lugar del estudio de preferencias electorales que el CEN del PRI levantó en Sinaloa.
He allí las tres razones para que el PRI se proyecte como el gran triunfador de los próximos comicios en nuestro estado.
Leer más: Sigue en el aire, las negociaciones por candidaturas comunes entre el PAS y MC
Por si algo faltara, desde diciembre se formalizó el registro de la alianza del PRI con el PAN y el PRD para ir juntos en este proceso electoral: Va por Sinaloa, un frente amplio que unifica a las principales fuerzas de oposición.
La cuarteta que forman Quirino, Mario, Chuy y Carlos Iriarte, aunada al panismo y el perredismo, se erige invencible con el paso de los días en forma vertiginosa.
En nuestra entrega del 3 de febrero, titulada “Las primeras 60 horas de Mario Zamora” observamos cómo dos días y medio bastaron para que el abanderado aliancista recorriera los 18 municipios y, con la sencillez de trato que demostró en tal acercamiento, “se echara a la bolsa” las simpatías de los electores a lo largo y ancho del estado.
En todos los partidos, a la selección de candidatos le sigue una “operación cicatriz” que apacigüe inconformidades y eleve el ánimo militante. Cierto es que en las bases priistas permea un sentido de pertenencia que pocos partidos poseen, pero lo que ha sucedido en este proceso en Sinaloa es inédito, por la rapidez con que se han restañado heridas y se ha negociado con la totalidad de los grupos que conforman la militancia.
Hoy a las 16:00 horas, en el estacionamiento de la Feria Ganadera, Mario Zamora recibe la constancia que lo acredita como candidato del tricolor a la gubernatura, en un acto rigurosamente apegado a las normas sanitarias contra la pandemia, al que asiste el presidente nacional del PRI, Alejandro “Alito” Moreno.
El formato de la ceremonia presencial es el del autocinema: los asistentes registrados permanecerán a bordo de sus automóviles (500, no más) y habrá un espacio de sillas, con sana distancia, para 200 invitados especiales. El acto será masivo a través de Facebook: se transmitirá en vivo desde las páginas oficiales de Mario Zamora y del PRI estatal.
Leer más: Ahora si: Aspirantes a candidaturas deben demostrar ante el INE no haber ejercido violencia política de género
Recordará usted que en Sinaloa tenemos un antecedente de este innovador formato, y lo trajo justamente Mario en diciembre, para presentar su segundo informe como senador en Culiacán, Mazatlán y Ahome.
El de hoy es un acto priista. En próximos días, tanto el PAN como el PRD llevarán a cabo sus propias ceremonias para oficializar a Zamora como su candidato a gobernador. Enhorabuena.
