Emir Olivares, Néstor Jiménez y Reuters
Periódico La Jornada
Martes 29 de noviembre de 2022, p. 4
Estados Unidos abrió la puerta a una nueva tensión comercial con México, al anunciar que considera acudir al tratado de América del Norte (T-MEC) si no logra una solución favorable a la prohibición mexicana del uso de maíz transgénico a partir de enero de 2024.
Así lo dio a conocer el secretario de Agricultura estadunidense, Tom Vilsack, luego de reunirse ayer por casi dos horas con el presidente Andrés Manuel López Obrador en Palacio Nacional.
Antes del encuentro, en la conferencia mañanera, el mandatario había enfatizado que su gobierno mantendrá su política en esa materia: No queremos maíz transgénico para consumo humano, no lo vamos a permitir .
La polémica surgió tras el decreto emitido por López Obrador en diciembre de 2020, en el cual anunció la eliminación del maíz transgénico y del herbicida glifosato para 2024.
Preocupa a la Casa Blanca
Productores estadunidenses alegaron pérdidas multimillonarias por la decisión mexicana, presionaron para que su gobierno actuara en el caso y perfilaron así la ruta de una posible nueva confrontación entre ambas naciones dentro del T-MEC.
Un comunicado del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés) informó que, durante el encuentro, Vilsack planteó a López Obrador y a altos funcionarios mexicanos las profundas preocupaciones de la Casa Blanca y los agricultores de su país por la mencionada medida.
Sin embargo, reconoció que ayer hubo avances en la discusión, como el énfasis del mandatario mexicano en la relevancia de las importaciones de maíz amarillo para la seguridad alimentaria de México, unos 17 millones de toneladas anuales, que se usan para forraje.
El decreto de eliminación gradual del Presidente tiene el potencial para interrumpir sustancialmente el comercio, perjudicar a los agricultores en ambos lados de la frontera y aumentar significativamente los costos para los consumidores mexicanos , expuso el funcionario de Washington.
Afirmó que el cierre mexicano causaría pérdidas económicas masivas para la industria agrícola y representaría una carga injustificada para los productores estadunidenses de maíz. Subrayó que también impactaría significativamente la relación comercial bilateral, que en 2021 alcanzó un valor récord de más de 63 mil millones de dólares y se estima sea mayor para 2022.






