Liam Payne, el talentoso cantante británico que saltó a la fama con la banda One Direction, dejó una impresionante fortuna a su hijo Bear, de apenas 5 años de edad. Según fuentes cercanas, Payne, quien falleció recientemente a los 31 años, se aseguró de que su patrimonio de 30 millones de libras esterlinas pasara a manos de su único heredero.
Aunque la relación entre Liam y Bear no pudo ser tan estrecha como el cantante hubiera deseado, debido a sus propias luchas con la depresión y las adicciones, Payne siempre veló por el bienestar financiero de su hijo. Invirtió sabiamente en propiedades, como una lujosa mansión en Buckinghamshire y un departamento de 5 millones de libras en Surrey, para garantizar que Bear nunca careciera de nada.
“Liam adoraba muchísimo a Bear y siempre quiso hacer lo correcto por él en términos económicos”, expresó una fuente cercana al artista. “Es un pequeño consuelo que a Bear nunca le faltará nada, que al menos eso le beneficiará”.
A pesar de las dificultades que Liam enfrentó, su amor y preocupación por su hijo fueron inquebrantables. Aunque no pudieron pasar tanto tiempo juntos como hubieran deseado, Payne mantuvo un vínculo estrecho a través de videollamadas diarias y visitas frecuentes.
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