¿Estaba el yerno de Porfirio Díaz? ¿Eran 42? Esta es la historia del polémico baile de los 41

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Milenio Digital

Que si Emiliano Zapata era homosexual, que si Amalia Díaz contó todo en su diario acerca de las relaciones que mantenía su pareja Ignacio de la Torre y Mier, que si este personaje estuvo involucrado en el evento, muchos mitos han desatado el polémico Baile de los 41, del cual Netflix reestrenó el día de hoy; sin embargo, poco se sabe sobre lo que realmente pasó durante ese suceso.

Diversos investigadores e historiadores han realizado varios análisis y revisiones sobre lo que se anunció en los titulares de los periódicos en aquellos días y sobre la versión que algunos tenían de lo que pasó en ese baile en donde detuvieron a 41 hombres, un número que para la comunidad LGBT podría implicar uno de los antecedentes históricos más relevantes en el país.

¿Qué es el Baile de los 41?

Todo comenzó la noche del domingo 17 de noviembre de 1901 en donde fueron llegando, en distinguidos carruajes, varios hombres que lucían una característica vestimenta propia para una gran fiesta: la mitad de aquella concurrencia iba vestida de mujer y llevaba pelucas, pechos postizos, aretes, choclos bordados y en la cara tenían pintadas grandes ojeras y chapas de color.

De acuerdo con el texto Crónica de un baile clandestino de Mílada Bazant, investigadora de El Colegio Mexiquense, la cita de la fiesta era en lo que hoy se conoce como Madero, en la casa número 4 de la calle de la Paz, hoy Jesús Carranza, la cual estaba vacía y fue rentada para esa ocasión especial, en donde se iba a celebrar un supuesto bautizo.

“Al parecer, en esa velada había una señora que se encargaba de cuidar a los ‘pollos’ y también, al parecer, era la comisionada para servir la comida, la champaña y el cognac, atender a los músicos y, más importante aún, vigilar si pasaba algún gendarme por la calle”, cuenta la investigadora.

Pero falló… Estaban a media fiesta cuando llegaron los gendarmes. Un hombre vestido de mujer, con la falda recogida, la cara y los labios llenos de afeite y muy dulce y melindroso del habla les abrió la puerta y en lugar de unírseles a la celebración detuvieron a todas las personas que se encontraban ahí.

Los primeros periódicos en dar a conocer la noticia ese día fueron La Tribuna y El Universal, después los reportes de otros diarios se desataron con artículos que iban desde el humor hasta el ingenio, una de ellas La Gacetilla Callejera, donde Guadalupe Posada caricaturizó aquella escena.

De acuerdo con la investigadora del Colegio Mexiquense, en ningún lado aparece el nombre de Ignacio de la Torre o de algún otro personaje memorable, puesto que se dice que la mayoría de los asistentes a la reunión eran hombres de la clase alta.

De hecho, un articulista escribió en El Popular la historia de los hechos en forma literaria, de estilo satírico, con diálogos y le tomó tres o cuatro días para indagar qué es lo que había pasado y escribió un artículo en forma de diálogo de dos comadres que llevó por título El baile de los 41. El bautizo de un rorro y la rifa de un Pepito. Una vieja entre los pollos. Bigotitos Rizados.

El texto Crónica de un baile clandestino expone que el comisario, Miguel Palacios, determinó que los bailadores fueran remitidos al cuartel del batallón 24, donde fueron rapados y vestidos con ropas que se les da a los reclutas, sí, a pesar de que lo que hicieron no constituía un delito.

Los nombres reales de las personas involucradas nunca aparecieron, sólo se castigó a 12 personas de los 41 que había en aquel evento, a pesar de que los diarios afirmaban que el gobernador del Distrito Federal, Guillermo de Landa y Escandón se había mostrado inflexible.

Los doce castigados iban a ser destinados a ser llevados a Yucatán debido a las bajas que por enfermedad estaba teniendo el Ejército, el cual estaba intentando someter al pueblo maya; sin embargo, al final los hombres fueron llevados a la edificación de obras públicas en ese mismo estado.

Los hombres llegaron al puerto de Progreso donde se dedicaron a prender la lumbre, otros a fregar cacerolas y picar cebollas y otros más a barrer los dormitorios.

¿Qué fue de los 42?

De acuerdo con el texto de Mílada Bazant, no se sabe qué sucedió realmente con los hombres que estuvieron en el baile, aunque se corre el rumor de que algunas de las mejores familias de Chetumal son descendientes de aquel contingente que llegó a Progreso. Mientras que otros regresaron a la Ciudad de México.

“Mantuvieron la costumbre de frecuentar los baños públicos, sobre todo los afamados recién modelados baños turcos de la Gran Alberca Pane, ubicados en Paseo de la Reforma. Ya era tradición de que los baños fuesen centros de ligue y lo siguieron siendo, pero también continuaron viviendo en la clandestinidad, perseguidos y repudiados socialmente y sintiéndose ellos como anormales”, cuenta Salvador Novo en su libro La estatua de sal.

¿Quién era Ignacio de la Torre y Mier?

Ignacio de la Torre y Mier fue esposo de Amada Díaz, hija de Porfirio Díaz y de acuerdo con fuentes documentales era el número 42 en el baile de los 41; sin embargo, debido a la influencia que mantenía el mandatario nunca hubo rastro de que pudo haber estado en esa fiesta.

De la Torre y Mier fue un opositor en la administración del presidente Francisco I. Madero.