La Junta de Gobierno del Banco de México (Banxico) se encuentra en una encrucijada crucial, con algunos miembros presionando por una postura más agresiva en la política monetaria. Mientras que la mayoría aboga por mantener un enfoque cauteloso y basado en datos, dos integrantes han planteado la posibilidad de analizar la magnitud de futuros recortes de tasas.
En la última reunión de política monetaria, el subgobernador Jonathan Heath votó en contra de la decisión, buscando mantener la tasa en 10.75%. Argumentó que se requiere paciencia para que la postura actual tenga el efecto deseado sobre la persistente inflación de servicios. Otro miembro, por su parte, señaló que la reducción de 25 puntos base a 10.50% refleja avances, pero que aún persisten riesgos importantes.
Sin embargo, algunos integrantes de la Junta han expresado una visión más optimista. Uno de ellos afirmó que los choques de oferta que presionaron al alza el componente no subyacente se están disipando, y que el entorno económico es propicio para que las presiones inflacionarias continúen moderándose. Incluso sugirió que, ante los niveles actuales de la inflación subyacente, se podría evaluar la magnitud de futuros ajustes a la baja.
Otro miembro más apuntó que desde la decisión de junio, los riesgos a la baja han cobrado relevancia, y que la evolución de la actividad económica apunta a una mayor holgura. Consideró que continuar ajustando el grado de restricción monetaria es oportuno y necesario para conducir la política de manera eficiente.
Estas posturas divergentes reflejan la complejidad del panorama actual y la necesidad de un delicado equilibrio entre la cautela y la acción decidida. ¿Logrará Banxico encontrar el camino óptimo para controlar la inflación y apuntalar la recuperación económica? Mantente atento a los próximos movimientos de este banco central.
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