El Banco de México (Banxico) mantuvo sin cambios, por segunda vez consecutiva, la tasa de interés en 11.25 por ciento, el mayor nivel en su historia, en una decisión que refleja el fin de su periodo alcista ante la desaceleración de la inflación.
En su anuncio, el banco central “consideró que el proceso de desinflación continuó avanzando ante la mitigación de diversas presiones. Sin embargo, juzgó que siguen incidiendo sobre la inflación, de modo que esta permanece alta”.
La decisión de mantener el freno a las subidas, que iniciaron durante la pandemia de COVID-19 en junio de 2021 y acumularon 725 puntos base, se aprobó por unanimidad y ocurrió en sintonía con la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed), que también mantuvo la tasa sin cambios la semana pasada en un rango de 5 a 5.25 por ciento.
El anuncio estuvo dentro de las expectativas del mercado tras revelarse horas antes que la inflación general descendió en la primera quincena de junio a 5.18 por ciento, su menor nivel desde 2021, tras registrar un índice de 7.82 por ciento de diciembre, su mayor tasa para un cierre de año en lo que va del siglo.
“Desde la última reunión de política monetaria, las inflaciones general y subyacente anuales siguieron descendiendo”, argumentó la Junta de Gobierno del banco.
Banxico prevé ahora que la inflación general promedie 4.6 por ciento anual en el último trimestre de 2023 tras la expectativa anterior de 4.7 por ciento.
Mientras que para el cierre de 2024 mantuvo la expectativa en 3.1 por ciento.
A pesar de la mejora de previsiones e indicadores, el banco central aún “estima que el panorama inflacionario será complicado e incierto a lo largo de todo el horizonte de pronóstico, con riesgos al alza”.
“Ante ello, para lograr la convergencia ordenada y sostenida de la inflación general a la meta de 3 por ciento, considera que será necesario mantener la tasa de referencia en su nivel actual durante un periodo prolongado”, avisó.
Como riesgos al alza, enunció la persistencia de la inflación subyacente en niveles elevados, la depreciación cambiaria ante eventos de volatilidad financiera internacional, mayores presiones de costos, y presiones en los precios de energéticos o agropecuarios.
La próxima decisión sobre política monetaria será el 10 de agosto. EFE