El Nápoles está viviendo una auténtica revolución en su ataque. El que hasta ahora era delantero centro, Arkadiusz Milik, saldrá, todo parece indicar, a la Juventus de Turín y en su lugar ha llegado el nigeriano Victor Osimhen.
La llegada del, hasta el viernes jugador del Lille, ha pasado a ser el fichaje más caro de la historia del club napolitano por delante del de Hirving Lozano, que lideraba el ranking de operaciones más caras del club con 42 millones de euros. Pues bien, un año ha sido suficiente para desplazarle, ya que el Nápoles ha pagado al Lille algo más de 60 millones de euros por Osimhen.
Por tanto, la llegada de Osimhen supone un antes y un después en el club del sur de Italia, ya que ahora sí se pone al nivel de Inter y Milán en cuanto a cantidades pagadas por fichajes y justo un peldaño por debajo de la Juventus de Turín, el equipo más poderoso del país. Aun así, el mayor éxito del Nápoles está siendo mantener a los jugadores llamados a ser importantes y, entre ellos, destaca el mexicano Hirving Lozano. Chucky, con 25 años, acaba de terminar su primera temporada en Italia y en el club entienden que este primer año ha sido su periodo de adaptación.
Lo que Gattuso y De Laurentiis esperan del Chucky Lozano a partir de ahora es mucho, muchísimo más. Por su parte, el mexicano, aunque disgustado por haber salido de la lista de jugadores más caros de los clubes europeos (solo hay sitio para el más caro de cada equipo) está convencido de que en esa ciudad y en ese club podrá alcanzar su mejor nivel y convertirse en uno de los mejores jugadores del mundo.
Para empezar a demostrarlo, tiene Lozano una excelente oportunidad el próximo sábado en el Camp Nou en la vuelta del partido de octavos de Champions League que enfrentará a Barcelona y Nápoles. El empate a 1 de la ida es el punto de partida. El vencedor irá a Lisboa a disputar la fase final de esta extraña competición con un formato atípico como consecuencia del COVID-19.