Se acabó la historia de Sebastian Vettel en Ferrari –o al menos por ahora, uno nunca sabe, recuerden lo que sucedió con Kimi Raikkonen.
El piloto alemán se queda con las ganas de ser campeón mundial vestido de rojo como también le pasó a Fernando Alonso. Dos campeones del mundo que no rompieron la sequía de Ferrari (último campeonato de constructores en 2008 y de pilotos en 2007 con el ya mencionado Raikkonen). No es un asiento fácil y Ferrari es ese tipo de organización que, o llevan a nuevas alturas la figura de un deportista, o la devalúan y en casos extremos acaban con carreras