Fue el día jueves 20 de octubre cuando los niños de la Escuela Primaria Serafín García Dávila, ubicada en Monterrey, pasaron por momentos de confusión, miedo y desesperación, ante la noticia de que un alumno con autismo se había extraviado durante la hora del receso.
Todo parecía un receso regular hasta que la directora del plantel, identificada como Cristina Yañez, pidió a todo su personal docente reunirse para celebrar una “junta” en uno de sus salones, dejando solos y sin supervisión alguna a los menores que jugaban libremente por el patio.
Fue durante ese momento cuando el niño con autismo de solo seis años de edad notó que la reja de la escuela estaba abierta y salió sin que nadie lo impidiera, pues según comentan los padres de familia, la reja tiene semanas sin funcionar y el personal no hace guardias para evitar el ingreso de desconocidos o que se salgan los alumnos.
Luego de que la maestra sombra del alumno en cuestión notó su desaparición, comenzó la confusión entre los alumnos y maestros, quienes tuvieron que terminar su “junta” para buscar dentro y fuera del plantel.
Mientras que para unos fue apenas un momento, para otros fue una búsqueda que parecía eterna, pues por la condición de discapacidad del menor lo hace mucho más vulnerable ante cualquier peligro en avenidas o ríos que circundan el plantel.
Fuentes cercanas a los hechos aseguran que la Directora del plantel educativo montó un operativo de búsqueda en cuanto supo la noticia, pero pidió no alertar a padres de familia, por lo que ni las autoridades ni la madre del menor fueron notificadas de que su el niño de seis años con autismo estaba extraviado.
Fue hasta que la maestra sombra decidió por cuenta propia llamar a la madre para que ésta se incorporara de inmediato a las filas de búsqueda, que terminaron encontrando al niño en las inmediaciones de el río la silla, gracias a un profesor del plantel.
Afortunadamente el menor se reencontró con su madre sin lesión alguna aparente, sin embargo ahí no paró el calvario y tensión para la madre, pues al solicitar garantías mínimas para mantener la seguridad de los niños dentro de la escuela, se encontró con la negativa de la supervisora escolar, identificada como Laura Irma Irruegas, quien además según testimonios, responsabilizó al propio niño de seis años con autismo por no saber permanecer dentro de la escuela.
La madre de familia denunció que la supervisora Laura Irma Irruegas, mantiene su postura de negar el ingreso al menor hasta que la mamá no contrate una maestra particular que cuide del niño el tiempo completo, sin importar que la negación o suspensión del servicio educativo constituye un delito toda vez que atenta con lo derechos de niño establecidos en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y la Ley General de Educación en el estado.
Al cierre del día de hoy, nuestro equipo se intentó comunicar con la supervisora teniendo nula respuesta.
Los padres de familia consultados desconocen por qué si cobran cuotas escolares (que es otro acto constituyente de delito al estar prohibidas) no han podido ni quieren reparar la reja, intentando que la madre del niño con discapacidad la arregle con recursos propios además de quererla obligar a contratar una docente particular si quiere permanecer en la institución.
