Lo que dejó la presentación de la Fórmula 1 en el GP de Azerbaiyán explicado en detalle. (4:49)
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Sergio Pérez ya no es feliz en el segundo escalón del podio. El piloto de Red Bull ha estado ahí cuatro veces en la temporada y sus festejos son cada vez más apagados. el mexicano no quiere ser escolta de nadie en la Fórmula 1, ni siquiera de su compañero de equipo Max Verstappen.
En otro tiempo, haber llegado a 20 podios en el Gran Premio de Azerbaiyán en Bakú habría sido motivo de un gran festejo para el piloto mexicano, ahora trata de encontrar las respuestas a no haber sido el ganador.
Max Verstappen y Sergio ‘Checo’ Pérez celebran en el podio del Grand Prix de Azerbaiyán. Dan Istitene – Formula 1/Formula 1 via Getty Images
Espíritu de competencia, le llaman. No muchos creían posible la ecuación, pero hoy por hoy, Checo Pérez es uno de los principales retadores para el campeón de la Fórmula 1, Verstappen.
Más allá de la natural rivalidad con Charles Leclerc, de Ferrari, Verstappen tiene ahora una inesperada resistencia en casa con su compañero de equipo, el cual está a 21 puntos de distancia en la clasificación que lidera con 150 unidades.
Esto se convierte en un problema para Red Bull, pero uno que todos los equipos quisieran tener: tienes dos pilotos tan buenos que se pelean el campeonato.
El problema reside en que el campeón, por obvias razones infiere que la estrategia del equipo debe estar orientada a que él gane cada carrera. Verstappen no lo ha dicho, pero sí su padre Jos, a lo que rápidamente el hijo señaló que era una exageración y que no era muy objetivo.
La otra parte es que el que muchos catalogan de segundo piloto, Checo Pérez, ha calificado mejor que Verstappen en tres de las 8 carreras del año y espera un trato idéntico al del Max.
Lo han dicho todos: Christian Horner, Helmut Marko, Checo Pérez, etc. No existe en el contrato del mexicano de 32 años una cláusula que indique que debe correr para Verstappen o dejarlo ganar.
Max Verstappen le rebasa a Sergio Perez en el GP de Bakú. Peter Fox/Getty Images
La solución implica un posible problema de forma natural, porque según Horner los resultados en cada carrera, la velocidad en cada sesión define quién es el “número uno”, es decir, en la pista y de forma competitiva se resuelve, pero, al mismo tiempo, “dejar correr” a los compañeros es como pretender que un par de hermanitos de 4 y 5 años diriman quién tendrá el mejor juguete en una carrerita. Eventualmente se empujarán, pondrán el pie y habrá gritos y llanto.
Obviamente, Max y Checo no son un par de bebés, pero sí son extremadamente competitivos, mal harían si no lo fueran su labor como pilotos estaría acabada. Lo que sí tienen, sobre todo Checo Pérez es experiencia y madurez para tratar de ganar con manos, reclamar las circunstancias injustas y si hay que pelear por posición hacerlo dando espacio y sin poner en riesgo los puntos para el equipo.
Verstappen ha crecido como piloto. Ya no es el “enfant terrible” que llegó a los 17 a la Fórmula 1. Es un campeón mundial y respeta a Checo Pérez, de hecho tienen (aunque no se haya visto tanto en los últimos dos podios) una gran relación personal. El detalle es que siempre es más fácil ser amigable y sonriente cuando eres el que gana y recibe la ayuda del coequiero.






