Los peculiares cuellos de las jirafas han sido desde hace décadas una característica enigmática que siempre ha llamado la atención de los científicos, los cuales han buscado responder por qué en la historia evolutiva estos animales han presentado un alargamiento del cuello; ¿Cuál es la fuerza que ha impulsado este hecho?, ¿Qué ventaja les proporciona?
En este sentido, es ampliamente reconocido que la premisa más aceptada, desde la época de Darwin, es que cuellos más alargados en los individuos de esta especie representaban cierta ventaja para la búsqueda de alimento en los árboles más altos sobre aquellos que tenían el cuello más pequeño y, por tanto, esto implicaría una mayor oportunidad de conseguir recursos, sobrevivir y dejar descendencia.
Aunque la gran mayoría recordaremos este popular ejemplo utilizado para explicar la evolución en nuestras clases de biología, la realidad es que este rasgo tan distintivo de las jirafas que los posiciona como el animal terrestre más alto del mundo sigue siendo actualmente un gran debate entre los biólogos.
Ante esto, un nuevo estudio publicado el día de hoy en la prestigiosa revista Science ha proporcionado una nueva luz sobre este hecho y apoya otra conjetura que explica una ventaja evolutiva diferente a la que conocemos fundamentado en la selección sexual. Sus conclusiones se basaron en el análisis de restos fósiles de un antiguo jirafoide denominado, Discokeryx xiezhi, una especie previamente desconocida correspondiente al mioceno temprano (de hace aproximadamente 16,9 millones de años) que se encontró en el norte de China en 1996.
Discokeryx xiezhi es un pariente de la jirafa que se caracteriza por tener una compleja estructura ósea de la cabeza y el cuello, descrito como un casco inusual; «tiene un cráneo de huesos gruesos con un gran casco en forma de disco, una serie de vértebras cervicales con centros extremadamente engrosados y las articulaciones de cabeza y cuello más complicadas de los mamíferos conocidas hasta la fecha», describen los autores del estudio.
Según los distintos análisis anatómicos comparativos y métodos de simulación por computadora realizados, se indica que esta singular y robusta estructura del antiguo jirafoide se encontraba adaptada para resistir intensos combates mediante cabezazos de alta velocidad entre individuos de la especie, de esta manera, se sugiere que los machos de Discokeryx xiezhi mantenían batallas feroces para competir por la cópula.
Este papel del combate sexual para la formación del singular cuello en el jirafo ancestral tiene implicaciones importantes para explicar de la misma manera este hecho en los cuellos de las jirafas actuales En este sentido, se cree que, basado en lo descrito anteriormente, la selección sexual pudo actuar favoreciendo los cuellos más largos en los individuos ya que esto podría representar una característica que mejoraba la lucha entre los machos con un diferente estilo de combate por la hembra.
«El combate de «cuello» fue probablemente la principal fuerza impulsora para las jirafas que han desarrollado un cuello largo, y la navegación de alto nivel probablemente fue un beneficio compatible de esta evolución. El posicionamiento ecológico en los nichos marginales promovió la intensa competencia sexual, y los feroces combates sexuales propiciaron morfologías extremas para ocupar los nichos especiales en los jirafas.», se concluye en el estudio.
Puede consultar el reporte completo y detallado en: Science
