Los críticos se han vuelto locos: ‘Eternals’ es de lo mejor que ha hecho Marvel

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Pasen y lean: artículo sin spoilers.

Con Eternals, Marvel Studios se adentra en territorio inexplorado en varios sentidos. Es una película sobre diez superhéroes bastante desconocidos por el gran público y a los que los fans del Universo Marvel no habían visto hasta ahora en pantalla, supone una ruptura con el estilo y la fórmula del estudio a través de la voz personal de su directora, Chloé Zhao, y lo verdaderamente nuevo y más desconcertante de todo: no ha convencido a la crítica, que la ha suspendido sin piedad.

Pero, ¿es Eternals tan fallida como aseguran los críticos? ¿De verdad merece ser la entrega peor valorada de todo el MCU (por debajo de Thor: El mundo oscuro o El increíble Hulk)? La respuesta corta es un rotundo no. La larga es que los críticos se han vuelto locos y Eternals es probablemente la película más ambiciosa e interesante de Marvel, un trabajo de pasión con el que el estudio rompe el molde, esta vez de verdad, y demuestra que apunta más alto de lo que pensábamos.

(L-R): Sersi (Gemma Chan), Ikaris (Richard Madden), Thena (Angelina Jolie), Gilgamesh (Don Lee) in Marvel Studios’ ETERNALS. Photo courtesy of Marvel Studios. ©Marvel Studios 2021. All Rights Reserved.

Tras el gran final de Vengadores: Endgame y después de más de una década triunfando en taquilla y construyendo una base de fans enormemente fiel, Marvel Studios ingresaba en su Fase 4 dispuesta a explorar las posibilidades de su universo más allá de sus propias reglas. Sin abandonar sus señas de identidad, el estudio daba el pistoletazo de salida a comienzos de 2021 con algo distinto en Bruja Escarlata y Visión, la primera serie del MCU y la primera señal de que Marvel quería experimentar y probar cosas nuevas con sus historias.

Pero el misterio metatelevisivo de WandaVision fue solo un aperitivo. El verdadero salto mortal llega con Eternals a los cines el 5 de noviembre, tras una larga espera con motivo de la pandemia de COVID-19. La incertidumbre ha rodeado a este proyecto desde que se anunció y, sobre todo, desde que aparecieron los primeros avances promocionales. Después de años acostumbrados a una Marvel de parámetros fijos y un estilo visual muy asentado, Eternals desafiaba las expectativas de la mano de Chloé Zhao, oscarizada directora de Nomadland, que aporta su voz personal al Universo Marvel, con una película que prometía darnos algo distinto, y que efectivamente ha cumplido dicha promesa. A lo grande.

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Artística y visualmente, Eternals se aleja completamente de lo que habíamos visto hasta ahora en el MCU. Zhao, conocida por su estilo cinematográfico más sobrio y naturalista, recurre principalmente a localizaciones reales, con iluminación natural (su tan amada “hora mágica”) y un uso reducido de los cromas (obviamente los hay, pero menos que en ninguna otra obra de Marvel), lo que le da una apariencia que choca con la línea visual colorista e hiperdigital que conocíamos hasta ahora. Pero las diferencias con el resto del Universo Marvel no son solo estéticas. Eternals es también lo más ambicioso desde el punto de vista narrativo que se ha hecho en el estudio.

El film es una epopeya de ciencia ficción que abarca milenios y narra las historias de diez personajes muy distintos, desde sus orígenes hasta nuestros días. Los Eternos, personajes creados por el visionario Jack Kirby, son una raza alienígena inmortal creada por los Celestiales, que ha vivido en secreto en la Tierra sin interceder durante más de 7.000 años, y ahora se reúne ante la reaparición de sus contrapartes malvados, monstruos conocidos como los Deviantes. A caballo entre pasado y presente y recorriendo el mundo, Eternals construye una historia épica e impredecible de enormes implicaciones para el Universo Marvel, que reescribe todo lo que sabíamos sobre él hasta ahora.

Con un reparto impresionante que incluye a Angelina Jolie, Richard Madden, Gemma Chan, Kit Harington o Barry Keoghan, Eternals nos presenta a un grupo de héroes desconocidos fuera de los círculos de los aficionados a los cómics. Ya en 2014, Marvel se tiró a la piscina de forma similar con Guardianes de la Galaxia, una película que muchos predijeron que sería el primer fracaso del estudio al estar protagonizada por personajes desconocidos para el gran público. Sin embargo, su enorme éxito en cines demostró la fidelidad de los espectadores a Marvel, que a partir de ese momento podía hacer lo que quisiera con sus cómics sabiendo que tendrían el respaldo de sus seguidores. Esto abría un mundo de posibilidades para la compañía, que ha desembocado en un “más difícil todavía”.

Gemma Chan and director Chloé Zhao on the set of Marvel Studios’ ETERNALS. Photo by Sophie Mutevelian. ©Marvel Studios 2021. All Rights Reserved.

No obstante, lo de Eternals es distinto, porque supone una mayor ruptura con la Marvel de siempre. Y en ese riesgo, hay más posibilidades de que haya una división mayor, como hemos comprobado con la recepción que le ha dado la crítica. Muchas publicaciones especializadas han suspendido la película argumentando que es demasiado confusa y embarullada, y señalando a Zhao por no haber sido capaz de ajustarse a la fórmula Marvel y provocar una incompatibilidad de voces. Esto genera en sí mismo una contradicción curiosa. Una de las quejas principales de la crítica hacia Marvel es que siempre hacen el mismo tipo de películas, pero cuando por fin hacen algo realmente diferente, tampoco les convence.

Aquí, por supuesto, hay un problema mayor inherente al estudio y nuestra relación con él. Como espectadores, Marvel nos ha malacostumbrado. Al darnos siempre lo mismo hasta ahora, cuando se sale de lo establecido, crea el desconcierto y genera brecha entre los espectadores. En cierto modo se podría decir que Marvel se ha arrinconado a sí misma con su propia fórmula, haciendo cada vez más difícil satisfacer al público -que espera siempre algo muy concreto de ella, y cuando no se lo da, se enfada- y sobre todo, tomar verdaderos riesgos.

Tras Vengadores: Endgame, el presidente de Marvel Studios, Kevin Feige, aseguró que la nueva Fase de su universo de ficción estaría caracterizada por las nuevas voces, la diversidad, lo inesperado. Añadiendo las series de Disney+ al MCU, jugando con los formatos como en WandaVision y explorando personajes menos conocidos como Shang-Chi, Marvel daba comienzo a su nueva etapa cumpliendo su promesa de dar al espectador algo distinto con cada proyecto. Con el precedente de Thor: Ragnarok, con la que el estudio dio libertad creativa a su personalísimo director, Taika Waititi, para hacer la película que él quería, resultando en una de las más aclamadas del estudio, Marvel ha escogido seguir por ese camino subrayando las voces autorales y dejando que cada cineasta aporte su sello a cada proyecto.

La máxima expresión de este cambio la vemos en Eternals, que sí, es una película de Marvel y no faltan los ingredientes que solemos encontrar en ellas (acción, humor, guiños, interconectividad con el resto del MCU), pero también es una película de Chloé Zhao. De ahí vienen muchas de las quejas de la crítica (en el momento de escribir esto, la película está “podrida” en Rotten Tomatoes con un pobre 55%), de la idea de que la sensibilidad cinematográfica de Zhao, a priori, no parecía estar hecha para el MCU. La palabra “forzado” ha aparecido en muchas críticas, tanto para referirse al trabajo de la directora china como para hablar de la diversidad del film (sic), invitándonos a sacar la conclusión de que muchos han odiado Eternals porque no es lo que esperan normalmente de Marvel. Algo que muy posiblemente se repita entre el público, que está llamado a enfrentarse por ella.

Ahora bien, si algo nos invita a hacer esta película es a abrir la mente. Eternals es algo realmente distinto a lo que hemos visto ahora, pero eso no tiene por qué ser negativo. Es cierto que su ambición provoca que esté a punto de devorarse a sí misma en muchas ocasiones, y que no todo en ella funciona, pero precisamente eso es reflejo de algo muy interesante y estimulante: Marvel se está atreviendo a explorar nuevos caminos y a hacer cosas que no había hecho hasta ahora. Es muy posible que los fans reciban con ira algunas decisiones narrativas de Zhao, pero ahí está la clave, en su osadía, en su negativa a conformarse con darnos lo esperable, en cómo nos sorprende y elige el camino menos predecible para sus personajes.

Y es que, si Eternals es un triunfo cinematográfico es principalmente gracias al amor y la pasión que Zhao desprende por sus personajes y por la historia (o historias) que está contando. El reto era casi imposible. Diez personajes principales no presentados anteriormente (de ahí que algunos la hayan comparado, para mal, con Liga de la Justicia), una cronología que abarca miles de años, múltiples saltos entre pasado y presente, y por tanto, un desarrollo muy complejo que exigía una aproximación distinta a la habitual. Incluso como defensor de la película, no tengo problemas en reconocer que en más de una ocasión, la historia se va de las manos, que el CGI es muy irregular, que se nota la mano de Marvel frenando a Zhao en algunos momentos y que, con 157 minutos de metraje, hay muchos altibajos en el ritmo que se podrían haber solucionado con un montaje más preciso. Pero aun con eso, Eternals me parece de lo más interesante que ha hecho Marvel hasta ahora.

Exótica, mística y extraña en el buen sentido, un relato cósmico casi inabarcable sobre la humanidad, la lealtad y la moralidad que no se conforma con darnos todo masticado y nos invita a reflexionar, que respeta tanto a sus personajes -y al espectador- que les permite errar (a lo grande) y ser algo más que un héroe perfecto, que no solo es visualmente preciosa, sino que está repleta de romanticismo y sentimiento. Pero es que, además de todo eso, el film da varios pasos importantes que hasta ahora le había costado mucho al estudio, dibujando a varios de sus personajes como seres sexuales y, ahora sí, por fin, con representación LGBTQ+ real -breve, pero esta vez sin ambigüedades, con un beso en primer plano y una trama familiar gay importante para el desarrollo del personaje en cuestión.

Se trata de la película más madura de Marvel, exigente, por momentos muy oscura, poética, trágica y siempre inmersiva, una experiencia hermosamente imperfecta que nos desafía como espectadores a mirar el MCU con otros ojos y nos lleva por derroteros más dramáticos e inesperados. Por todo eso, está destinada (o condenada) a ser de esas películas que son odiadas o amadas, sin punto medio. Y esto, en mi opinión, no es sino la prueba definitiva de que Marvel ha cumplido su promesa. Espero que su recepción no les desanime a la hora de seguir haciendo cosas diferentes en el futuro. Por mucho que la crítica esté en su contra y el público se divida ante ella, Eternals marca un punto de inflexión para un estudio que ha decidido expandirse artística y cinematográficamente, sin miedo a mirar al precipicio.

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