Un equipo de científicos de EEUU y Suiza encontró un vínculo entre la inmunidad al COVID-19 y los anticuerpos que se producen como respuesta a la neumonía atípica del 2003.
El virus SARS-CoV, que causa el síndrome respiratorio agudo (SARS), estimula la producción de anticuerpos que, a su vez, se unen a la llamada proteína-S, que se encarga de la conexión entre el coronavirus y los receptores celulares.
A Nature paper shows that an antibody isolated from a patient who has recovered from SARS can effectively block SARS-CoV-2 infectivity. Antibodies that can neutralize the virus could help in the development of anti-viral treatments or vaccines. #COVID19 https://t.co/1nbn5wREe9 pic.twitter.com/vedNXP2T7x — Nature (@nature) May 18, 2020
Durante el experimento, los científicos examinaron los datos de un paciente que se recuperó del SARS en 2003 y llegaron a la conclusión de que uno de los anticuerpos producidos por dicha enfermedad, el S309, es capaz de bloquear también la proteína-S del SARS-CoV-2.
Luego, analizaron la estructura cristalina del anticuerpo y observaron cómo se unió a la llamada proteína punta del virus. Cabe señalar que, una vez combinado con otro anticuerpo menos potente, permite reducir la posibilidad de que surjan mutaciones resistentes.
Los autores del estudio están convencidos de que un cóctel de dichos anticuerpos podría utilizarse tanto en el tratamiento de coronavirus como para prevenir la infección en personas con alto riesgo de contraer COVID-19.
“Vale la pena investigar combinaciones de anticuerpos monoclonales para controlar el SARS-CoV-2”, afirmaron los autores del estudio.
El artículo correspondiente ha sido publicado en la revista especializada Nature.