(Foto: Cuartoscuro)
La salida del Coordinador de Programas Federales de la Presidencia de la República, Gabriel García, uno de los hombres más cercanos al presidente Andrés Manuel López Obrador, cimbró fuerte los cimientos de Palacio Nacional.
El periodista Salvador García Soto aseguró en la columna que escribe en El Universal, que durante diez años, Gabriel García Hernández se encargó de bajar y aterrizar a las bases sociales y a las distintas campañas presidenciales del político tabasqueño, la operación tanto electoral, política y financiera.
“De ese tamaño era la cercanía y confianza que el hoy presidente depositó por más de una década en el ahora excoordinador de sus Programas en los estados de la República y jefe de los 32 súper delegados y de los ‘Servidores de la Nación’, que son la estructura territorial y operativa de la llamada 4T”.
De acuerdo con el columnista, la salida de Gabriel García Hernández del cargo y el despacho estratégico que ocupaba en Palacio Nacional se debió básicamente a dos temas: los resultados electorales negativos para Morena en el Valle de México, particularmente en la Ciudad de México y la entidad mexiquense, y las derrotas contundentes que sufrió el lopezobradorismo en las principales capitales y municipios urbanos.
GABRIEL GARCÍA HERNANDEZ y Amlo (Foto: Cuartoscuro)
“La molestia del Presidente con esos resultados ha sido tal, que no sólo lleva ya tres semanas hablando del tema y cuestionando a los votantes de la clase media que le dieron la espalda, sino que, en sus cavilaciones y dificultades para digerir esos resultados, el presidente llegó a la sospecha de que ‘hubo mucha simulación’ en el trabajo de sus operadores territoriales en estos comicios”, señaló.
García Soto destacó que los resultados de la elección del 6 de junio tuvo dos lecturas muy concretas para la 4T: un avance mayúsculo a nivel de gubernaturas y congresos locales, pero un retroceso y derrota en la Zona Metropolitana de la Ciudad de México y en las grandes ciudades del país.
“Para explicar esa dualidad en las votaciones, los asesores del presidente primero quisieron explicar que era ‘culpa del partido’, que Morena no existía en las grandes ciudades. Pero esa teoría se estrelló con una aceptación realista de que Morena solo es el membrete oficial para postular candidatos pero que ‘los pies y el cuerpo del proyecto son los programas sociales del gobierno federal’, y que donde no ganó el partido oficial fue porque esos pies no caminaron”, destacó.
Es por eso que -señaló el periodista- se llegó a la conclusión de que “hubo mucha simulación” en la operación de los programas sociales a cargo de Gabriel García Hernández y de las dos estructuras que controlaba: los 32 superdelegados federales en los estados y los “Servidores de la Nación”.
Foto: REUTERS/Luis Cortés/ Archivo
El comunicador reveló que el pasado jueves 24 de junio, hubo una reunión en Palacio Nacional con los 32 delegados estatales y ahí López Obrador les reclamó que estaban haciendo politiquería, que ya traían proyectos políticos personales, y que no estaban realizando una adecuada promoción ni trabajo político en favor del movimiento”.
“Según versiones de algunos de los asistentes a ese encuentro, ahí mismo les anunció que habría cambios y movimientos en la estructura de la Coordinación de Programas Federales. Y ese mismo jueves vino el primer cambio con la dimisión del coordinador Gabriel García y la confirmación de la remoción de Cristina Ruiz como delegada de la CDMX y en su lugar el nombramiento de Estefany González. Hoy se sabe que también están en capilla los delegados federales del Estado de México, Nuevo León y San Luis Potosí, que serán removidos en los próximos días”, destacó el columnista.
Salvador García Soto destacó que la derrota electoral de Morena en las grandes zonas urbanas fue la causa de la renuncia de Gabriel García. Pero -destacó- lo que más molestó al presidente, fue que su hombre y operador de confianza nunca pudo concretar un padrón completo, confiable y auditable de beneficiarios de los programas sociales de su gobierno.
(Foto: Cuartoscuro)
“Hubo también una buena cantidad de auditorías no solventadas a los programas presidenciales, que se reflejaron en irregularidades, desorden administrativo y hasta corrupción en algunos programas de apoyo social, de acuerdo con reportes de los Órganos Internos de Control, que dependen de la Secretaría de la Función Pública y cuyos titulares en varias dependencias federales ya se habían quejado de que los superdelegados no les daban información ni reportes para poder auditar el desempeño y la correcta aplicación de los apoyos sociales que entrega el gobierno federal”.
El resultado fue la derrota de Morena en CDMX, Valle de México y municipios urbanos importantes en toda la República, toda vez que se perdieron capitales estatales importantes que ya gobernaba el partido del presidente.
Como consecuencia, López Obrador mandó a Gabriel García Hernández de regreso a su curul en el Senado y en su lugar nombró a Carlos Torres, quien hasta hace unos días era su secretario Técnico y ahora tiene el encargo directo de “ordenar, auditar y revisar” todos los programas y apoyos que entrega el gobierno de la 4T que hoy le cuestan al gobierno y a todos los mexicanos 303,982.9 miles de millones de pesos y del cual ni siquiera hay un padrón que nos diga a quién se le entregan esos recursos públicos, finalizó el columnista.
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