La secuelas de la COVID-19 en el olfato

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La pandemia ha puesto de relieve la parosmia, lo que ha estimulado la investigación y una gran cantidad de publicaciones en revistas médicas.

Han surgido nuevos grupos de apoyo y la membresía ha aumentado en los ya existentes. En el Reino Unido, un grupo sobre parosmia en Facebook ha experimentado un rápido crecimiento y en la actualidad tiene más de 14.000 miembros. Emprendimientos relacionados con la parosmia están ganando adeptos, desde pódcast hasta kits de entrenamiento de olores.

Pero una pregunta clave sigue sin respuesta: ¿cuánto dura la parosmia vinculada a la COVID-19? Los científicos no tienen plazos definidos. De los cinco pacientes entrevistados para este artículo, todos ellos con síntomas de parosmia desde finales de la primavera y principios del verano del año pasado, ninguno ha recuperado por completo la normalidad en el olfato y el gusto.

Brooke Viegut, de 25 años, cuya parosmia comenzó en mayo de 2020, trabajaba para una empresa de entretenimiento en la ciudad de Nueva York antes de que los cines cerraran sus puertas. Cree que contrajo COVID-19 en marzo de 2020 durante un rápido viaje de negocios a Londres y, como muchos otros pacientes, perdió el sentido del olfato. Antes de recuperarlo por completo, empezó a experimentar la parosmia. No podía tolerar el ajo, las cebollas o la carne. Incluso dijo que en un momento de este año, el brócoli tenía un olor químico.

Y aunque todavía no puede soportar comer algunos alimentos, se está volviendo cada vez más optimista.