Cuatro décadas después del brutal asesinato del agente de la DEA Enrique “Kiki” Camarena, la justicia estadounidense finalmente hará rendir cuentas al exlíder del Cártel de Guadalajara, Rafael Caro Quintero. Un gesto simbólico marcará este momento histórico: las esposas que pertenecieron a Camarena serán utilizadas para sujetar las manos del capo cuando comparezca ante la corte en Nueva York.
El hijo del agente asesinado, Enrique “Kiki” Camarena Jr., quien ahora es juez en Estados Unidos, entregó personalmente estas icónicas esposas al veterano de la DEA, Steve Paris, quien participó en la “Operación Leyenda” que desmanteló el cartel de Caro Quintero. Este acto ha sido interpretado como el cierre de un ciclo de dolor, memoria y justicia, una forma de reivindicar la lucha de Camarena contra el narcotráfico y de recordar el alto costo que ha tenido la guerra contra las drogas.
La captura, liberación y recaptura de Caro Quintero
La historia de este caso se remonta a principios de la década de 1980, cuando el agente Camarena logró infiltrarse en el Cártel de Guadalajara, una de las primeras organizaciones criminales en operar a gran escala en México. En 1984, gracias a la información de Camarena, las autoridades incautaron y destruyeron una plantación de marihuana de 2.500 acres, lo que representó una pérdida millonaria para los narcotraficantes.
Como represalia, Camarena fue secuestrado, torturado y asesinado en 1985. Su crimen desató una de las mayores crisis diplomáticas entre México y Estados Unidos, pues la DEA acusó a autoridades mexicanas de haber colaborado con el cártel. Caro Quintero fue capturado, pero luego liberado en 2013 por un tecnicismo legal, lo que causó indignación en Estados Unidos.
Finalmente, después de casi una década prófugo, Caro Quintero fue recapturado en 2022 y ahora será juzgado en Estados Unidos por cargos que incluyen secuestro, asesinato, narcotráfico y crimen organizado.
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