En un movimiento que ha sacudido los cimientos de la comunidad internacional, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha firmado una orden ejecutiva para retirar al país de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Esta medida, que se hará efectiva en los próximos 12 meses, ha sido justificada por Trump alegando el “mal manejo” de la OMS durante la pandemia de COVID-19 y otras crisis de salud globales.
“Es una gran razón”, afirmó Trump al momento de firmar la orden ejecutiva, que también cita el “fracaso” de la OMS en adoptar reformas urgentemente necesarias y su “incapacidad para demostrar independencia de la influencia política inapropiada de los Estados miembros”.
La decisión de Trump se produce en un momento crítico, cuando la comunidad global enfrenta desafíos sin precedentes en materia de salud pública. Expertos advierten que la retirada de Estados Unidos, el mayor contribuyente financiero de la OMS, podría debilitar gravemente la capacidad de la organización para coordinar una respuesta efectiva a futuras crisis sanitarias.
“Los esfuerzos colectivos bajo el acuerdo de París han marcado una diferencia, pero necesitamos ir mucho más lejos y más rápido juntos”, señaló la ONU en un llamado a Washington para que siga siendo un líder en cuestiones medioambientales.
La retirada de Estados Unidos de la OMS abre un panorama incierto, con potenciales consecuencias geopolíticas y de salud pública a nivel global. Mientras los expertos analizan los posibles escenarios, una cosa es clara: la decisión de Trump ha sacudido los cimientos de la cooperación internacional en un momento en que la unidad y la coordinación global son más necesarias que nunca.
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