En un giro inesperado, el obispo emérito de Saltillo, Raúl Vera, ha denunciado que Rosario Piedra Ibarra, presidenta de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), presentó ante el Senado un documento falso con su supuesta firma como parte de las cartas de respaldo para su reelección.
Según el prelado, el papel membretado que lleva su nombre es un “diseño malo y obscuro” que no existe en su oficina. Además, afirma que las palabras allí expresadas “ni son mías, ni obedecen mi pensamiento, ni reflejan mi ideología”. Vera califica este hecho como una “burda burla” a su persona y un “delito grave” que espera sea atendido por las autoridades.
Por su parte, Piedra Ibarra reconoció la falsedad del documento, pero negó cualquier responsabilidad, asegurando que lo utilizó sin malicia ni mala fe, pues no se percató de que se trataba de un escrito apócrifo. La presidenta de la CNDH también ofreció su “concurso” para que las autoridades correspondientes investiguen este caso.
Este escándalo pone en tela de juicio la integridad del proceso de reelección de Piedra Ibarra al frente de la CNDH, una institución clave para la vida democrática de México. ¿Será este el inicio de una crisis que sacuda los cimientos de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos?
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