Las elecciones presidenciales de Estados Unidos de 2024 marcarán un punto de inflexión crucial para el país y el mundo. La carrera entre la vicepresidenta Kamala Harris y el expresidente Donald Trump promete ser una batalla épica que definirá el rumbo de la superpotencia.
Poderío militar: La OTAN y el papel de EE.UU.
“No puedo endulzar estas advertencias”, señala Rose Gottemoeller, exsecretaria general adjunta de la OTAN. “Donald Trump es la pesadilla de Europa, y su amenaza de retirarse de la OTAN resuena en los oídos de todos”. Por el contrario, una victoria de Harris significaría la continuidad del firme apoyo estadounidense a la alianza atlántica. Sin embargo, incluso con Harris, Europa tendrá que “dar un paso adelante para liderar”.
Pacificador global o promotor de conflictos
Comfort Ero, del International Crisis Group, advierte que “el poder de Estados Unidos para ayudar a resolver conflictos se ha reducido”. Bajo Trump, Washington podría dar “una mano aún más libre a Israel en Gaza” y buscar un acuerdo con Rusia sobre Ucrania. Harris, en cambio, ha prometido continuar apoyando a Ucrania. Pero sin importar quién gane, la creciente complejidad de los conflictos globales plantea serios desafíos.
Relaciones con China y la crisis climática
Los expertos prevén que las relaciones con China seguirán siendo tensas, con diferencias en el estilo de liderazgo entre Harris y Trump. Mientras tanto, la crisis climática exige un liderazgo decidido de Washington, algo que Trump ha ridiculizado, pero que Harris deberá abordar con urgencia.
En resumen, el resultado de estas elecciones tendrá un impacto profundo en la posición de Estados Unidos como líder global. ¿Seguirá siendo un faro de estabilidad y prosperidad o se sumirá en el aislacionismo y la inestabilidad? La respuesta a esta pregunta determinará el futuro de Estados Unidos y del mundo.
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