Max Verstappen, el joven piloto holandés de la Fórmula 1, se ha visto envuelto en una tormenta de críticas después de sus controvertidas maniobras en el Gran Premio de México. Algunos expertos cuestionan si su “pasaporte equivocado” le impide ser tratado con justicia en el paddock.
Tras recibir dos penalizaciones de 10 segundos por incidentes con su rival Lando Norris, de McLaren, Verstappen se defendió diciendo que “el año pasado fue perfecto, así que a mucha gente le debió doler mucho no poder decir nada negativo”. El piloto de Red Bull sugirió que su nacionalidad holandesa lo pone en desventaja ante los medios y los comisarios.
Sin embargo, el ex piloto Johnny Herbert, quien actuó como comisario en México, afirmó que Verstappen sacó a propósito a Norris de la pista en la curva 7 para beneficiar a Charles Leclerc, de Ferrari. Verstappen negó rotundamente esta acusación, asegurando que “no hizo nada a propósito” y que simplemente “corrieron duro”.
Aunque reconoció que la segunda penalización fue justa, Verstappen cuestionó el tamaño de la sanción por el incidente en la curva 4. El piloto holandés insistió en que no tiene intención de cambiar su estilo de conducción agresivo, ya que “unas veces se gana y otras se pierde”.
La polémica alrededor de Verstappen se extiende más allá de la pista, con la comparación de su sanción por insultar en la conferencia de prensa de Bakú y la aún no resuelta infracción de Leclerc en México.
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