Volkswagen, el gigante automotriz alemán, se enfrenta a una crisis sin precedentes. Según el comité de empresa, la compañía planea cerrar al menos tres plantas y suprimir miles de puestos de trabajo en todo el país.
Esta noticia ha causado un gran impacto, ya que Volkswagen es un símbolo del milagro económico alemán y de la reputación mundial de los productos “Made in Germany”. Pero, ¿cómo se llegó a esta situación?
La reticencia de los clientes a adquirir autos nuevos, tanto convencionales como eléctricos, ha afectado gravemente a Volkswagen y a otros fabricantes alemanes. En el primer semestre del año, las ventas del sector cayeron un 4,7%, un golpe duro para una industria que solía registrar récords.
Además, la competencia mundial cada vez más dura, con la irrupción de los fabricantes chinos, ha erosionado los márgenes de Volkswagen. A pesar de seguir obteniendo sustanciales ganancias, el rendimiento de la inversión ha disminuido.
Para hacer frente a esta situación, Volkswagen lanzó un programa de eficiencia con el objetivo de ahorrar 10.000 millones de euros hasta 2026. Pero parece que eso no ha sido suficiente, y ahora la compañía se ve obligada a tomar medidas más drásticas.
Las plantas de Volkswagen, al igual que las de otros fabricantes alemanes, funcionan a tan solo dos tercios de su capacidad. Esto se debe en parte a los elevados costos laborales en Alemania, que superan los 62 euros por hora, frente a los 29 euros en España o los 12 en Rumania.
En resumen, Volkswagen se enfrenta a una tormenta perfecta de factores que han puesto en jaque a uno de los símbolos más emblemáticos de la industria alemana. ¿Podrá la compañía superar esta crisis y volver a la senda del éxito? Sigue leyendo en N24 para estar al tanto de los últimos desarrollos.