Ciudad de México – La fusión entre Televisa y Univisión, que otorgó a esta última el control mayoritario con un 50+1 del consejo, está trayendo cambios drásticos en la estructura de la empresa. Apostando por un relevo generacional, la nueva directiva ha decidido prescindir de los empleados de más de 50 años, con el objetivo de renovar la imagen de la compañía y adaptarse a los nuevos desafíos del mercado digital.
La transformación se produce en un momento crucial, pues hace apenas unas semanas Emilio Azcárraga Jean anunció su salida de la presidencia de Televisa, decisión que ha causado gran conmoción en el sector. La renuncia de Azcárraga no solo simboliza el fin de una era, sino que se da en el marco de una investigación vinculada al escándalo internacional conocido como “Fifagate”, donde el expresidente de Televisa enfrenta acusaciones relacionadas con presuntos sobornos a dirigentes del fútbol.
Univisión y su apuesta por un Televisa rejuvenecido
Con el control mayoritario, Univisión ha marcado una directriz clara: rejuvenecer a la plantilla y modernizar los contenidos. Este cambio radical se materializa en despidos de ejecutivos, creativos y personal operativo con más de 50 años de edad, en una búsqueda por incorporar talentos jóvenes que aporten una visión más actual y digitalmente competitiva. La estrategia es vista como un intento de hacer frente a la competencia de plataformas emergentes y adaptarse al consumo de contenidos en línea, que ha crecido exponencialmente en los últimos años.
Azcárraga y el escándalo Fifagate
La salida de Emilio Azcárraga Jean, quien durante años fue el rostro de Televisa, no solo marca el final de una era, sino que también coincide con un momento delicado. Fuentes cercanas al caso indican que el expresidente se enfrenta a cuestionamientos por su presunta participación en el Fifagate, donde se le acusa de haber pagado sobornos a altos mandos del fútbol para asegurar los derechos de transmisión de importantes torneos deportivos. Este escándalo, que sacudió a la FIFA hace varios años, ha involucrado a diversos directivos de medios y figuras del deporte en América Latina.
Un futuro incierto
La transición en Televisa plantea interrogantes sobre el futuro de la empresa y su impacto en la industria televisiva de habla hispana. La salida de Azcárraga y la ola de despidos han generado opiniones divididas: algunos ven la reestructuración como una oportunidad para evolucionar, mientras otros consideran que el despido de profesionales experimentados podría afectar la calidad y estabilidad de la programación.
Televisa-Univisión ha dejado claro que este cambio de rumbo responde a las exigencias de una audiencia cada vez más diversa y digital. En medio de esta transformación, el reto para la nueva directiva será mantener la identidad de la cadena, asegurar la rentabilidad en un mercado competitivo y, posiblemente, distanciarse de las controversias que han ensombrecido la reputación de la empresa en los últimos tiempos.