La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, y la jueza Nancy Juárez Salas se enfrentan en un choque de poderes por la controvertida reforma al Poder Judicial. Mientras Sheinbaum defiende la iniciativa que busca elegir a jueces y magistrados por voto popular, Juárez insiste en que los amparos presentados son procedentes y que la reforma viola la Convención Americana de Derechos Humanos.
La mandataria mexicana ha advertido que presentará una denuncia contra Juárez ante el Consejo de la Judicatura, acusándola de “desempeño deficiente, nepotismo y acoso laboral”. Por su parte, la jueza de Coatzacoalcos asegura sentirse “tranquila” y advierte que expandirán la batalla a nivel internacional.
Sheinbaum argumenta que los jueces y magistrados tienen salarios y prestaciones exorbitantes, llegando a ganar hasta cinco millones de pesos anuales, “sin importar que tengan denuncias, quejas o sanciones en su contra”. La presidenta insiste en que los amparos son intentos fallidos e improcedentes de los operadores judiciales por mantener sus privilegios.
Sin embargo, Juárez sostiene que el amparo no es contra la reforma en sí, sino contra el proceso legislativo previo. Además, cuestiona la interpretación del artículo 61 de la Ley de Amparo, argumentando que este no impide recurrir las reformas constitucionales.
Esta batalla por la reforma judicial se perfila como un choque de poderes que divide a México entre aquellos que defienden la independencia del Poder Judicial y quienes respaldan la voluntad popular expresada en las urnas.
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