En una escalofriante advertencia, el ex presidente Donald Trump ha sugerido el despliegue de tropas de la Guardia Nacional o incluso del ejército el día de las elecciones, no para hacer frente a amenazas externas, sino para confrontar a lo que él llama el “enemigo interno”: sus propios opositores políticos.
En una entrevista con Fox News, Trump afirmó que “el problema más grande es el enemigo interno” y que “gentes muy malas, gente enferma: lunáticos de izquierda radical” deberían ser “muy fácilmente enfrentados, si es necesario, por la Guardia Nacional, o si es realmente necesario, por los militares”.
Estos inquietantes comentarios han sido interpretados por expertos como un ensayo de lo que Trump podría intentar si lograra volver a la Casa Blanca. La historiadora Ruth Ben-Ghiat, especialista en fascismo, advierte que Trump está “realmente ensayando, en un sentido, lo que podría hacer como jefe de Estado, lo mismo que Orbán, Modi, Putin han hecho por largo tiempo”.
Según Ben-Ghiat, la retórica de Trump sobre “criminalizar la disidencia” y su amenaza de purgar la burocracia federal para nombrar solo a incondicionales, son señales de que el ex presidente podría intentar consolidar aún más su poder si regresara al poder.
Incluso altos funcionarios y oficiales que trabajaron en la presidencia de Trump han expresado su preocupación. El ex jefe del Estado Mayor, el general Mark Milley, afirmó que “nadie jamás ha sido tan peligroso a este país como Donald Trump” y que ahora se da cuenta de que es “un fascista total”.
Estas advertencias no parecen haber tenido un gran impacto en los simpatizantes de Trump, quienes siguen respaldándolo a pesar de sus comentarios cada vez más extremistas. Según encuestas, un 70% de la población ha sido ofendida por algo que Trump ha dicho, pero muchos de ellos aún estarían dispuestos a votarlo.
La gran pregunta es si Trump lograría centralizar aún más el poder si volviera a la presidencia. Durante su primer mandato, líderes militares y políticos dicen que lo limitaron al negarse a cumplir órdenes o desviar decisiones peligrosas. Pero ahora, con una posible purga de la burocracia federal, la democracia estadounidense podría estar en grave peligro.
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