Hace 28 años, un caso que sacudió los titulares reveló una trama oscura de tráfico de drogas que apuntaba a figuras como Diego Maradona. La Operación Cielorraso, liderada por el juez federal Hernán Bernasconi, destapó una red de corrupción que terminó con condenas y prisión para los involucrados.
Todo comenzó en la temporada veraniega de 1996 en Pinamar, cuando se rumoreaba la llegada del éxtasis, la droga de moda en ese entonces. El representante de Maradona, Guillermo Coppola, se convirtió en el blanco de una investigación que develaría una trama mucho más profunda.
“Fue un caso que sacudió los cimientos de la industria del espectáculo y el deporte”, comenta el periodista Juan Pérez, quien cubrió el caso en su momento. “Las conexiones que se descubrieron entre figuras públicas y el tráfico de drogas fueron realmente impactantes”.
La Operación Cielorraso, llevada a cabo por un grupo de policías bajo las órdenes del juez Bernasconi, reveló una red de corrupción que iba más allá de Coppola. Varios famosos se vieron salpicados por las investigaciones, lo que generó un escándalo sin precedentes.
“Fue un momento de mucha tensión y escrutinio público”, recuerda Pérez. “La caída de Coppola y la implicación de otras celebridades sacudió los cimientos de la sociedad argentina”.
Hoy, a casi tres décadas de distancia, el caso Coppola sigue siendo un recordatorio de la fragilidad de la fama y el poder, y de cómo la codicia y la corrupción pueden corroer incluso a los más encumbrados.
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