En un país que ha sufrido la peor violencia de su historia moderna, la presidenta Claudia Sheinbaum se enfrenta a una encrucijada sin precedentes. La disputa entre los poderosos cárteles de la droga por el control de territorios ha dejado un saldo de más de 199,000 homicidios en el sexenio pasado, desafiando la fallida estrategia de “abrazos, no balazos”.
Ahora, dos de los cárteles más temibles, el Cártel de Sinaloa y el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), se han unido para atacar a las células del Cártel de Sinaloa, desatando una guerra que podría determinar el futuro del narcotráfico en México.
Según expertos, el CJNG, liderado por “El Mencho”, se ha convertido en el segundo cártel más poderoso del país, superando incluso al Cártel de Sinaloa. La detención del “Mayo” Zambada ha debilitado a este último, abriendo la posibilidad de que el CJNG intente conquistar territorios que le han sido negados durante más de una década.
La guerra interna en el Cártel de Sinaloa también podría dar lugar a una nueva alianza criminal, con Iván Archivaldo Guzmán Salazar, “Los Chapitos”, buscando una unión con el CJNG. Esto formaría un megacártel con presencia y control en todo el país, una amenaza aún mayor para la seguridad nacional.
En este escenario de caos y violencia, la presidenta Sheinbaum deberá implementar una estrategia integral y efectiva para combatir a estos grupos criminales, que han logrado fortalecerse durante la Cuarta Transformación. Sólo así podrá recuperar la paz y la estabilidad que México tanto necesita.
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