Bajo el liderazgo de la próxima presidenta Claudia Sheinbaum, México se prepara para una revolución en el cuidado de la salud. Con 13 metas audaces para el próximo sexenio, el gobierno entrante busca reducir drásticamente el número de personas que acuden a consultorios privados, triplicar las consultas para la población no derechohabiente y mejorar la eficiencia del sistema público de salud.
“La meta final es reducir el número de personas que atienden sus necesidades de atención primaria en el sector privado”, explica el documento “100 pasos para la Transformación”. Esto implica bajar de 800 mil a 400 mil las consultas en el sector privado y elevar a 1.4 millones las que se brindan en dependencias públicas.
Además, el plan de Sheinbaum se propone triplicar la tasa de consultas externas para población no derechohabiente, reducir en 30% el gasto de bolsillo en atención primaria y aumentar al 95% el surtimiento de recetas médicas. En el frente de enfermedades crónicas, la meta es reducir a la mitad el porcentaje de personas con hipertensión y diabetes que no están diagnosticadas.
“Varias organizaciones creemos que es inevitable revisar los esquemas de financiamiento que tienen los subsistemas de salud y tratar de aplicar impuestos saludables”, comenta Erick Antonio Ochoa, director de Salud Justa.
Para lograr estas ambiciosas metas, el gobierno entrante deberá incrementar el presupuesto y ampliar la infraestructura existente. Pero si lo consigue, México podría estar un paso más cerca de un sistema de salud más equitativo y eficiente.
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