Conmoción en el mundo del entretenimiento: El magnate de la música Sean “Diddy” Combs enfrenta cargos federales por asociación ilícita y tráfico sexual. Según la acusación, el empresario utilizó su vasto imperio empresarial para facilitar y encubrir una red de abusos y explotación sexual.
La jueza Robyn Tarnofsky negó la libertad bajo fianza a Combs, citando su preocupación por el patrón de delitos “que ocurren a puertas cerradas”. Los fiscales alegan que el artista de hip-hop “abusó, amenazó y coaccionó a las víctimas” durante años, sometiéndolas a abusos físicos, emocionales y verbales.
Según la acusación, Combs organizaba fiestas conocidas como “Freak Offs”, en las que se transportaba a trabajadoras sexuales a través de fronteras estatales e internacionales. Estas reuniones, que a menudo duraban varios días, involucraban el uso de sustancias controladas “para mantener a las víctimas obedientes y complacientes”.
Las autoridades también incautaron evidencia electrónica de estos eventos, así como una gran cantidad de suministros como lubricantes e iluminación, que supuestamente eran utilizados para abastecer las habitaciones de hotel.
El fiscal del distrito sur de Nueva York, Damian Williams, afirmó que la investigación continúa y que están decididos a procesar a cualquiera que se dedique al tráfico sexual, “sin importar lo poderoso, rico o famoso que sea”.
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