Al finalizar el Título 42, no sobrevino la invasión que durante meses vaticinaron las voces más extremas del Partido Republicano. Todo lo contrario. En la atareada puerta 42, situada a unos 18 kilómetros al Este de El Paso, uno de los puntos más calientes de la frontera, reinaba la inquietante calma de la noche en el desierto mientras unos 400 migrantes que se habían entregado a los patrulleros estadounidenses esperaban al otro lado a su “procesamiento”. En la imagen, una migrante venezolana escucha una nota de voz mientras espera para cruzar la frontera y entregarse a las autoridades estadounidenses, en Ciudad Juárez.
Nayeli Cruz






