La fórmula de lanzar dos buque insignia en un año ya es habitual en el sector móvil y por estas fechas es cuando Huawei anuncia su segunda propuesta. Después de la gama P, le toca el turno a la familia Mate, que este 2020 llega a España con un único modelo: el Huawei Mate 40 Pro, protagonista de este análisis.
Huawei renueva su apuesta por la cámara cuádruple que hace del zoom su principal arma. Y la coloca sobre un renovado módulo de cámara circular que atrae todas las miradas. Además, el nuevo Mate también suma pantalla con tasa de refresco de 90Hz y por supuesto no le podía faltar la conectividad 5G. Vemos todo sobre el Huawei Mate 40 Pro en nuestro análisis a fondo.
Huawei Mate 40 Pro, especificaciones técnicas
HUAWEI MATE 40 PRO PANTALLA OLED 6,76 pulgadas
FHD+ 2.772 x 1.344 píxeles
Tasa de refresco 90Hz PROCESADOR Kirin 9000 Octa-core: 1 x [email protected] GHz
3 x [email protected] GHz
4 x [email protected] GHz GPU 24-core Mali-G78
NPU Dual Big Core + Tiny Core NPUs RAM 8 GB CAPACIDAD 256 GB CÁMARAS TRASERAS Sensor principal: 50MP Ultra Vision Camera, f/1.9
Ultra angular: 20MP Cine Camera. f/1.8
Teleobjetivo: 12MP, f/3.4, OIS CÁMARA FRONTAL 13 MP, gran angular, f/2.4, vídeo 4K, selfie en slow motion
Sensor 3D para desbloqueo facial SOFTWARE EMUI 11 basado en Android 10 AOSP CONECTIVIDAD 5G, WiFi ac 2×2 MIMO, Bluetooth 5.2, GPS, USB-C 3.1 DIMENSIONES Y PESO 162,9 x 75,5 x 9,1 mm
212 g BATERÍA 4.400 mAh
SuperCharge 66W, 50W inalámbrica OTROS Altavoces estéreo
Resistencia al agua IP68 PRECIO 1.199 euros
Diseño: nuevo módulo trasero y adiós al notch
Empezamos comentando el elemento de diseño que más llama la atención: el módulo de cámara. El Huawei Mate 30 Pro ya contaba con un módulo de cámara circular bastante llamativo, pero en esta generación se ha rediseñado esta idea. En lugar de tener un círculo sólido, ahora tenemos una especie de anillo donde se sitúan las cuatro lentes y el flash (muy al estilo iPod). En el centro se ha dejado un espacio vacío en el mismo tono que el resto de la trasera y con el logo de Leica. Después de módulos cuadrados o rectangulares, he de decir que la solución de Huawei es bastante armónica (gracias, simetría) a la par que original.
Después de módulos cuadrados o rectangulares, la solución de Huawei es bastante armónica (gracias, simetría) a la par que original.
La simetría le sienta bien y además se agradece cuando lo apoyamos sobre la mesa; el módulo no sobresale mucho, pero al estar centrado no tenemos el molesto efecto balanceo cuando lo dejamos sobre la mesa. Con todo, la funda de silicona que viene en la caja elimina ese saliente por completo al tiempo que evita posibles arañazos. Yo la he mantenido puesta durante toda la prueba.
Siguiendo con la trasera, Huawei se pasa al cristal con acabado mate, por lo que las huellas no se quedan tan marcadas, aunque resulta algo resbaladizo (otra razón para mantener la funda de silicona). La unidad que hemos analizado tiene un color plateado claro que refleja distintos tonos azulados dependiendo de como incide la luz. Es bastante discreto pero los reflejos le dan un toque distinto.
Si le damos la vuelta tenemos otra novedad, y es que se ha eliminado el notch de generaciones anteriores para dar paso a un agujero en pantalla. Gracias a este cambio se potencia más el efecto ‘todo pantalla’, aunque no podemos hablar de un agujero precisamente discreto. Huawei mantiene la cámara selfie y el sensor 3D para el desbloqueo facial, por lo que es una isla ovalada bastante ancha (concretamente de 16 milímetros). Además, como tenemos la curva en el lateral de la pantalla, el agujero no puede estar alineado en la esquina y se queda un poco en medio. Más adelante veremos como afecta a las apps.
El notch da paso a una ‘isla’ para las cámaras delanteras, aunque no es precisamente discreta.
El aprovechamiento del frontal es bastante bueno, aunque los marcos que rodean el panel no son iguales, con los laterales mucho más finos. Eso sí, tanto arriba como abajo tenemos la misma anchura y no hay efecto ‘barbilla’. La compactación permite que podamos manejar un móvil con pantalla de 6,76 pulgadas con relativa facilidad. No es compacto, pero no resulta excesivamente grande. Sin ser ligero, también resulta equilibrado para las dimensiones y lo mismo se puede decir del grosor. Veamos como queda frente a otros terminales de características similares.
HUAWEI MATE 40 PRO HUAWEI MATE 30 PRO IPHONE 12 PRO MAX SAMSUNG GALAXY NOTE 20 ULTRA XIAOMI MI 10 PRO SONY XPERIA 1 II MOTOROLA EDGE+ OPPO FIND X2 PANTALLA 6,76 pulgadas 6,53 pulgadas 6,7 pulgadas 6,9 pulgadas 6,67 pulgadas 6,5 pulgadas 6,7 pulgadas 6,7 pulgadas PORCENTAJE FRONTAL 94,1% 94,1% 87,4% 91,7% 89,8% 84% 95,8% 90,9% DIMENSIONES 162,9 x 75,5 x 9,1 mm 158,1 x 73,1 x 8,8 mm 160,8 x 78,1 x 7,4 mm 164,8 x 77,2 x 8,1 mm 162,5 x 74,8 x 9 mm 165,1 x 71,1 x 7,6 mm 161,1 x 71,4 x 9,6 mm 164,9 x 74,5 x 8 mm PESO 212 g 198 g 228 g 208 g 208 g 181,4 g 203 g 209 g BATERÍA 4.400 mAh 4.500 mAh 3.687 mAh 4.500 mAh 4.500 mAh 4.000 mAh 5.000 mAh 4.200 mAh
Datos de porcentaje de frontal GSMarena
En la tabla vemos que ha engordado un poco con respecto a la generación anterior. Esto es debido a que la pantalla ha aumentado ligeramente, aunque la batería se queda con 100 mAh menos. Al enfrentarlo a otros modelos de características similares, la mayoría se sitúa por encima de los 200 gramos, con el iPhone 12 Pro Max siendo el más pesado de todos y el Sony Xperia 1 II el más ligero. Tamaño, peso y batería en la media para este Huawei Mate 40 Pro.
Como decía, Huawei mantiene la pantalla curvada en los laterales y además con el mismo radio que el Huawei Mate 30 Pro, el cual nos resultó bastante incómodo por este motivo. La curva sigue presentando pegas que veremos en el apartado de pantalla, pero el agarre resulta cómodo porque la transición entre la pantalla y el marco de metal está bastante suavizada. Por cierto, los botones de volumen físicos vuelven a esta generación tras el experimento con el marco táctil del Mate 30 Pro. El marco táctil se mantiene, pero ahora tenemos los botones de toda la vida que, todo sea dicho, funcionan mucho mejor.
Un detalle llamativo y que se mantiene es el botón de encendido rojo. Las teclas físicas son metálicas y tienen un diseño muy delgado. La pulsación es buena, aunque con la funda de silicona puesta no percibimos del todo bien el ‘clic’, pero no es un problema del botón. Si seguimos recorriendo el perímetro del terminal, en la parte superior tenemos el altavoz y el micrófono y en la inferior otro altavoz, la bandeja SIM y el puerto USB-C. Nada de minijack.
Pantalla: los 90Hz le sientan genial, la curva no tanto
Desde los inicios de la serie Mate, Huawei viene apostando por pantallas de grandes dimensiones. En la actualidad es lo habitual en la gama alta, por lo que las 6,76 pulgadas del Huawei Mate 40 Pro están en la media, e incluso por debajo de buques insignia que se acercan peligrosamente a las 7 pulgadas.
La tecnología de la pantalla es OLED y la resolución se queda en 2.772 x 1.344 píxeles. Huawei sube la resolución del modelo anterior, aunque no podemos denominar a esta pantalla Quad HD porque para ello debería contar con 1.440 líneas en vertical y se queda en 1.344, por lo que la denominación que usa Huawei es FullHD+. La densidad de la pantalla sube a 456 puntos por pulgada, una cifra que se traduce en una buena experiencia a nivel de nitidez.
La pantalla cumple en todos los sentidos; tenemos un contraste muy bueno, el brillo máximo es alto y no da problemas a la hora de ver el contenido en exteriores. Además el brillo automático es bastante ágil y no he tenido que ajustarlo a mano en ningún momento. Sobre los colores, por defecto viene configurada en el modo normal y personalmente lo he mantenido así, ya que en el modo vívido resulta demasiado saturada. La calibración es bastante neutra, pero si la preferimos un poco más fría o cálida, tenemos la opción de hacerlo en ajustes. Una cosa que se pierde con respecto a la generación anterior es ‘tono natural’ (una especie de True Tone que va ajustando la calibración en función de la luz ambiente) y que personalmente encontré la más acertada de todas las disponibles.
En el menú de configuración de pantalla también encontramos la opción de resolución inteligente enfocada a reducir batería. Cuando queda poca batería pasa a 1.848 x 896 píxeles, un poco más que la resolución HD y aquí sí se nota la disminución de densidad; no llegamos a ver bordes de sierra, pero se aprecia menor nitidez. Sobre si tiene un impacto importante en la duración de la batería, yo no he notado gran cambio entre tenerlo en automático o en alta resolución.
El Huawei Mate 40 Pro se sube a la tendencia de los Hz, aunque no se va a las tasas máximas y se queda en unos discretos 90Hz.
Seguimos navegando por la configuración de pantalla, donde también tenemos el ajuste de la tasa de refresco. Como no podía ser de otra forma, el Huawei Mate 40 Pro se sube a la tendencia de los Hz, aunque no se va a las tasas máximas y se queda en unos 90Hz más discretos, aunque le sientan genial. La pantalla se siente muy fluida y la respuesta táctil también es muy sensible. Como siempre, tenemos la opción de dejar los 90Hz siempre activos, bajar a 60Hz o usar el ajuste dinámico que va cambiando la frecuencia en función de la app que estemos usando. Yo he dejado la opción dinámica siempre activada para evitar un consumo excesivo de batería y al mismo tiempo no renunciar a una experiencia más fluida.
Otra opción disponible es la de ocultar el agujero en pantalla oscureciendo toda la parte superior. Ya he dicho que el agujero es muy grande y se va muy al centro por culpa de la curva lateral, pero esto se carga totalmente la simetría de los marcos y hace que el frontal quede totalmente desequilibrado. No está de más tener la opción, pero casi es peor el remedio que la enfermedad.
La pega de la pantalla es la misma que comentábamos en diseño: las curvas laterales. Mientras que otras marcas como Samsung han ido minimizando la curva de sus pantallas, Huawei mantiene la misma curvatura de 88º en los laterales. La pantalla está bien entrenada para ignorar los toques accidentales y en ese sentido no he tenido problemas, pero sí resulta incómoda por ejemplo al hacer el gesto de volver atrás o en algunas apps al escribir en el teclado (a veces la letra más en el borde se resiste).
La pantalla está bien entrenada para ignorar los toques accidentales, pero la curva es incómoda al hacer algunos gestos y proyecta dos sombras a los lados nada favorecedoras.
Otra pega de la curva es que proyecta dos sombras verdosas a los lados muy poco favorecedoras, algo que se aprecia de forma más exagerada cuando estamos viendo algo sobre fondo claro, por ejemplo al leer textos. Huawei parece ser consciente de este y otros problemas de la curva porque, aunque no la han suavizado, sí han incluido una función para ocultar los bordes.
Ocultando bordes vs sin ocultar bordes
Lo que hace es parecido a la opción de ocultar el agujero en pantalla, pero en lugar de oscurecer el marco superior, lo hace con los laterales. En las capturas sobre estas líneas se puede ver la diferencia ocultando los bordes y dejándolos como vienen por defecto. Ayuda a minimizar la sombra (aunque no la elimina), pero el gesto de volver sigue siendo incómodo y perdemos parte de esa compactación tan extrema. Con todo, es interesante sobre todo porque podemos configurarla app por app y elegir solamente aquellas en las que la curva nos moleste más, por ejemplo las de mensajería al escribir.
Terminamos las opciones de pantalla con el modo Always On, que en este caso se llama ‘Mostrar siempre en pantalla’. Huawei nos ofrece muchos estilos para esta función, algunos con imágenes y diseños muy llamativos. De hecho, por defecto tenemos uno con una animación de un ciervo que tiene pinta de consumir bastante energía. He sido clásica y lo he terminado cambiando por un reloj digital con fecha más discreto, pero también práctico.
Pero lo realmente práctico de esta opción es que podemos seleccionar la visualización inteligente para que solamente se muestre cuando miramos la pantalla. Esto lo detecta con el sensor 3D de la cámara frontal (el mismo que se usa para el desbloqueo), que también sirve para mantener la pantalla activa mientras la miramos. Obviamente consumiremos menos batería si pasamos de la pantalla encendida, pero con esta opción solamente se enciende en momentos puntuales por lo que no debería consumir tanto.
Sonido: potencia y equilibrio
El apartado de audio mejora bastante con respecto a la anterior generación, principalmente por la colocación de los altavoces y la potencia de éstos. Ahora ambos altavoces están en el marco metálico (antes el superior estaba en la junta entre pantalla y marco) y ofrecen una potencia de sonido muy similar; si tapamos uno seguimos escuchando la música perfectamente. El sonido tiene un buen volumen y es claro, aunque como siempre obtenemos una mejor experiencia sonora si no pasamos del 75%.
En el menú de configuración de sonido tenemos varias opciones que se activan cuando conectamos unos auriculares, tanto por cable USB-C (vienen unos incluidos) como inalámbricos. Personalmente el modo automático me resulta el más agradable, aunque con la opción Natural también se adapta bien. Audio 3D es la que más modifica la fuente de audio original y, si prefieres ajustarlo a tu gusto, en Estándar se activa el ecualizador manual (también tiene presets por género musical) con el amplificador de graves.
Rendimiento: el Kirin 9000 puede con todo, pero ojo con la temperatura
Huawei estrena chip con esta generación, se trata del Kirin 9000, el primero de 5 nanómetros. Tiene una CPU de ocho núcleos, GPU Mali G78, la NPU de doble núcleo y por supuesto no le podía faltar el módem para 5G. Sobre la memoria RAM, llega en una única versión de 8 GB. Números muy prometedores sobre el papel que en la práctica se traducen a un rendimiento de nivel.
El chip ni se inmuta con las tareas cotidianas, incluyendo si exprimimos a fondo la multitarea; todo responde ágil, sin tirones ni lag.
El chip ni se inmuta con las tareas cotidianas, incluyendo si exprimimos a fondo la multitarea; todo responde ágil, sin tirones ni lag. También mueve sin problemas otros procesos más exigentes, aunque si lo exprimimos mucho sí puede llegar a calentarse bastante. La única vez que he detectado un calentamiento algo exagerado fue tras jugar una media hora a Genshin Impact con los gráficos en calidad máxima. El calor se concentra sobre todo en el tercio superior alrededor de la cámara y puede llegar a resultar molesto si no usamos la funda. No pasa con un uso prolongado si hacemos otras tareas más básicas como consultar redes o hacer fotos, por lo que parece más algo relacionado con la exigencia gráfica de ese juego concreto (no me ha pasado por ejemplo jugando a Asphalt 9). Como siempre, os dejamos las pruebas de los principales benchmarks:
HUAWEI MATE 40 PRO HUAWEI P40 PRO ONEPLUS 8T SAMSUNG GALAXY NOTE 20 ULTRA IPHONE 12 PRO XIAOMI MI 10T PRO PROCESADOR Kirin 9000 Kirin 990 Snapdragon 865 Exynos 990 Apple A14 Bionic Snapdragon 865 RAM 8 GB 8 GB 12 GB 12 GB 6 GB 8 GB ANTUTU 542.435 465.493 – – 578.102 – GEEKBENCH 5 921/3298 – 892 / 3.194 872 / 2.463 1.614 / 4.148 905 / 3.341 PCMARK (WORK) 9.173 9.476 10.694 10.012 – 10.694
Antes de cerrar este apartado hablemos de biometría. Huawei mantiene la apuesta de la generación anterior con un sensor de huellas integrado en la pantalla y el desbloqueo facial apoyado por el sensor 3D de la cámara delantera. El lector de huellas es rápido y el área de desbloqueo es lo suficientemente amplia como para que no haya errores al colocar el dedo. Lo que sí es algo más tedioso es el proceso de registro de la huella; nos pide mover el dedo y ponerlo de lado como es habitual, pero en este caso tuve la sensación de que le costaba bastante más registrar todas las partes de la huella.
El desbloqueo facial es el método más cómodo para desbloquear, siempre que no llevemos mascarilla, claro. Aquí el registro de los datos faciales es muy rápido y Huawei nos deja configurarlo para que desbloquee el móvil directamente cuando lo miramos, nada de deslizar para ir al inicio. Este detalle, junto a la rapidez del sistema, hacen que el desbloqueo sea prácticamente instantáneo. Además, como funciona con el sensor 3D, también nos reconoce aunque estemos completamente a oscuras.
Autonomía: la carga se hace más rápida en una batería con cuerda para rato
En el apartado energético tenemos una batería de 4.400 mAh de capacidad. Son 100 mAh menos que el modelo del año pasado y con la pantalla de 90 Hz la autonomía sigue siendo más que satisfactoria. Pero la novedad destacable es la carga de 66W. El Mate 40 Pro se puede cargar completamente en 45 minutos, pero si tenemos poco tiempo podemos llegar al 60% en poco más de 20 minutos.
Volviendo a la autonomía, Huawei ha cambiado los ajustes de batería en EMUI 11 y ahora solamente muestra las estadísticas de las últimas 24 horas en lugar de hacerlo desde la última carga completa, por lo que no tenemos el dato exacto de horas de pantalla. Lo que sí hemos comprobado es que hemos podido alargar la carga más o menos día y medio manteniendo el ajuste de pantalla dinámica. La sensación es que la autonomía no destaca tanto como en el modelo anterior, pero es comprensible teniendo en cuenta que la pantalla sube a esos 90 Hz.
Software: EMUI 11 evoluciona, pero sin Google no llega lejos
Ya dijimos en las primeras impresiones que el Mate 40 Pro sube el listón en el hardware, pero el software sigue siendo un cuello de botella. EMUI 11 es una capa completísima y la App Gallery va ampliando su lista de apps, pero sigue habiendo grandes ausencias.
Phone Clone copió la mayoría de apps que tenía instaladas en mi móvil anterior, aunque muchas de ellas se quedaron por el camino como Cabify, VSCO, HBO, Google Home, la app del banco o Todoist. Lo positivo es que fueron minoría y casi todas las apps sí se instalaron, incluyendo las que más uso como Instagram, Twitter, Telegram o WhatsApp. Así me evité tener que ir buscando APKs. Petal Search facilita bastante encontrarlos, pero no deja de ser un proceso más engorroso que ir a la tienda e instalar una app.
Algunos ejemplos de apps que, aunque se instalaron, no funcionaron
Pero no todo es tan bonito. Hay apps que se instalaron en el inicio sin mayor problema, pero después no funcionaron por la ausencia de los servicios de Google. El aviso me ha aparecido más veces de las que me gustaría, aunque también es cierto que hay casos como el de Renfe Ticket que, aunque en un principio avisa de que no va a funcionar, después nos deja entrar en la app y ver nuestros billetes de tren sin mayor problema. RadarCovid nos pide que actualicemos la app, pero al pulsar nos lleva a la Play Store. En cualquier caso, aunque intentemos instalarla por APK, de momento la aplicación no funciona con los Huawei Mobile Services.
También está el problema de la copia de seguridad de WhatsApp que se guarda en Drive y, al ser un servicio de Google, no se puede trasladar a un Huawei sin los servicios. Intenté volcar la copia local, pero por algún motivo la aplicación no la aceptaba. Tras consultar con Huawei, parece un error puntual nuestro y no generalizado, pero el resultado final fue que estuve compartiendo internet con mi móvil anterior para poder usar WhatsApp y no perder los chats. Os podéis imaginar lo cómodo que me ha sido (spoiler: no).
Podemos ir solventando estos problemas tirando de apps alternativas o directamente desde el navegador, pero no deja de ser un esfuerzo extra que penaliza, y mucho, la experiencia con el dispositivo.
Otro recurso que he usado bastante es el navegador. Por ejemplo para acceder a YouTube o Google Maps. Curioso que Huawei haya estrenado Petal Maps en beta, pero en la App Gallery no nos ha aparecido. Al final podemos ir solventando estos problemas tirando de apps alternativas o directamente desde el navegador, pero no deja de ser un esfuerzo extra que penaliza, y mucho, la experiencia con el dispositivo.
Algunas funciones de EMUI: Petal Search, Today, Huawei Assistant, gestos en el aire, equilibrio digiral y el optimizador
Al margen del tema de las apps, EMUI sigue evolucionando y es cada vez una capa más completa. Tenemos bastantes funciones propias como Petal Search, una búsqueda avanzada donde podemos elegir si ver noticias, aplicaciones, imágenes o vídeos. La pantalla ‘Today’ que simula una especie de Google Discover con noticias y accesos directos útiles o el asistente de voz Celia. Con el asistente he tenido un par de sustos porque se ha activado sin yo pedírselo. La búsqueda por voz es bastante mejorable y a menudo no nos entiende, pero sirve para tareas básicas como abrir apps, preguntar por el tiempo o hacer llamadas.
En el Mate 40 Pro también tenemos los gestos en el aire para manejar el terminal sin tocarlo (aunque no van demasiado finos), el asistente de equilibrio digital para llevar el control del tiempo de uso del terminal o el clásico optimizador. En general, un software muy rico en funciones propias, con muchas opciones de personalización y muy bien optimizado; pese a ser una capa bastante cargada, en ningún momento percibimos que el software sea un lastre en el rendimiento.
Cámaras: el mismo zoom de siempre con un procesado más fino que nunca
La fotografía era y sigue siendo el punto fuerte de la gama alta Huawei. La firma china viene apostando por la versatilidad desde hace varias generaciones y eso no ha cambiado. Lo que sí ha cambiado es el procesado y la calidad general de todas las lentes. Con el Huawei Mate 40 Pro siguen afinando los resultados para conseguir la mayor coherencia entre todas sus lentes, que por cierto son estas:
Cámara Ultra Vision: sensor principal RYYB de 50 megapíxeles y 1/1,28 pulgadas, apertura f/1.9
sensor principal RYYB de 50 megapíxeles y 1/1,28 pulgadas, apertura f/1.9 Cine Camera: ultra angular, 20 megapíxeles, apertura f/1.8
ultra angular, 20 megapíxeles, apertura f/1.8 Teleobjetivo: 12 megapíxeles, apertura f/3.4, OIS, zoom óptico 5x, híbrido 10x y digital hasta 50x
12 megapíxeles, apertura f/3.4, OIS, zoom óptico 5x, híbrido 10x y digital hasta 50x Sensor láser para enfoque.
para enfoque. Cámara selfie: gran angular, 13 megapíxeles, apertura f/2.4
Hay bastantes cambios con respecto a la generación anterior, empezando por la resolución de los sensores, pero también el zoom. Ahora tenemos un sensor principal (o Ultra Vision, como lo llama Huawei) de 50 megapíxeles y un ultra angular (Cine Camera) de 20 megapíxeles. El teleobjetivo con sistema de periscopio sube a 12 megapíxeles y aumenta su zoom óptico a los 5 aumentos, situándose al nivel de la serie P (el del Mate 30 Pro era de 3 aumentos). En esta generación la cuarta lente es para un sensor láser de enfoque.
Igual que el modelo anterior, Huawei pone acento en la grabación de vídeos. Tenemos el modo XD HDR Fusion que, según Huawei, produce mejores vídeos en condiciones de poca luz y con mayor rango dinámico. También hay nuevos modos de captura como el Tracking Shot para objetos en movimiento y la opción Steady Shot que potencia la estabilización, aunque veremos que ambos vienen con algunas limitaciones.
App de cámara
Antes de entrar a ver los resultados, detengámonos un momento en la app de cámara. Huawei mantiene la interfaz y estructura habituales de generaciones anteriores, por lo que si ya estabas familiarizado con la disposición, no encontrarás apenas cambios. Tenemos los modos más destacados en el carrusel situado sobre el botón disparador y un cajón con más opciones en el apartado ‘Más’, cuyo orden podemos editar.
En la parte superior de la interfaz hay opciones que van cambiando según el contexto. Si estamos en el modo foto podemos acceder a AILens o desactivar el botón de toma inteligente para el reconocimiento de escenas. Si estamos grabando un vídeo aquí tendremos los botones para los nuevos modos Steady Shot o Tracking Shot. Al final del todo siempre está el icono de ajustes, donde tenemos opciones como cambiar la proporción de las fotos, el disparador de sonrisas, la resolución de los vídeos y más. Es una aplicación con muchas opciones, pero intuitiva y bien organizada. Y ahora sí, veamos de qué son capaces las cámaras del Huawei Mate 40 Pro.
Sensor principal
Con el Huawei Mate 30 Pro vimos una mejora importante en el procesado y el Mate 40 Pro da una vuelta de tuerca más, alejándose del efectismo de generaciones anteriores. El modo automático sigue siendo bastante autónomo en el sentido de que compensa mucho rango dinámico y exposición, dándonos resultados algo alejados de lo que vemos en la vista previa. Esto no es algo malo, ya que nos evita tener que ir activando opciones como el HDR o el modo noche (luego vemos ejemplos de esto), pero si antes esa diferencia era a veces abismal, ahora tenemos un resultado más próximo a lo que ve el ojo.
El modo automático sigue siendo bastante autónomo en el sentido de que compensa mucho rango dinámico y exposición, dándonos resultados algo alejados de lo que vemos en la vista previa.
En esta escena, tomada a primera hora de la mañana, ha hecho un gran trabajo de rango dinámico, compensando las sombras del primer plano; tenemos detalle desde el suelo hasta el cielo al fondo y una paleta de color muy acertada pese a que era una escena bastante monocrómatica.
Aquí otro ejemplo tomado en torno a la misma hora. En este caso tenemos mucha profundidad de color y sombras, con muchos elementos con texturas complejas. Si sacamos la lupa vemos que el detalle ha quedado en segundo plano y se ha priorizado el rango dinámico.
En planos cercanos se aprecia mucho mejor el trabajo de detalle. Aquí la paleta de color es mucho más variada y con tonos más vivos, pero no vemos la sobresaturación de generaciones anteriores incluso manteniendo el botón IA activado. Con todo, aconsejo desactivarlo si prefieres unos tonos más fieles (en la foto de arriba estaba desactivado).
Alta resolución (50 megapíxeles) vs Auto (12,5 megapíxeles).
Como decíamos, el sensor principal es de 50 megapíxeles, pero por defecto disparamos a 12,5 megapíxeles gracias a la magia del ‘pixel binning’ (en cristiano: fusionar cuatro píxeles en uno solo). Si queremos una imagen de tamaño máximo, el modo de alta resolución está en el apartado ‘Más’ y nos da imágenes de 6.144 x 8.192 píxeles que suelen pesar cerca del triple que las disparadas en automático. Sin embargo, en este caso perdemos bastante rango dinámico y el azul del cielo está demasiado saturado.
Y ya que hablamos de rango dinámico, hablemos de HDR. Como ya es costumbre, Huawei incluye el HDR en el apartado ‘Más’ de la app de cámara, un detalle que ya evidencia que no es uno de los modos prioritarios de esta cámara. De hecho, veremos que la mayor parte del tiempo no hace falta activarlo porque el propio disparo automático ya lo hace todo.
Sobre estas líneas podéis ver un ejemplo comparando las dos opciones. El HDR eleva un poco la exposición y hace que una imagen con una luz algo plana resulte más atractiva, pero no es una mejora exagerada sobre lo que ya consigue el automático. En lo que ha durado la prueba creo que lo habré activado dos o tres veces y en ninguna ha supuesto un cambio importante.
Más adelante veremos a fondo el rendimiento en escenas nocturnas, pero ya adelanto que el sensor principal es el que mejor nos va a funcionar cuando cae la luz. Hay texturas muy complejas bien representadas como la del asfalto en primer plano, aunque otras como los árboles o aquellas más alejadas salen peor paradas, pero el detalle general está bastante bien resuelto. También destaca el balance de blancos y como ha contenido la dominante amarilla de las farolas sin tampoco eliminarla del todo, dándonos un resultado bastante fiel a la realidad de la escena.
Gran angular
El gran angular suele ser el sensor con más debilidades de todos, pero en el caso de Huawei tenemos unos resultados que en la mayoría de casos rivalizan con los del disparo normal (1x), tanto a nivel de detalle como de procesado general. Destaca especialmente lo bien que contiene la deformación de los bordes, aunque tiene truco.
Si comparamos el ángulo que abarca el disparo en 1x y lo enfrentamos al gran angular, vemos que no hay una diferencia abismal. En este caso coge un coche más por la derecha y parte de la fachada en la izquierda, pero no tenemos ese angular dramático de otros competidores. Al haber menos ángulo, hay menos deformación que corregir.
En esta imagen se ve bastante bien lo que comentaba de la deformación y como es casi imperceptible, aunque lo que quiero mostrar es el detalle que puede conseguir el gran angular cuando la luz acompaña. Sin duda uno de los mejores angulares del escaparate móvil.
De noche el detalle se resiente, pero mantiene un buen nivel de balance de blancos pese a tratarse de unas condiciones tan complejas.
Teleobjetivo y zoom
5x
El teleobjetivo del Mate 30 Pro tenía 3 aumentos de zoom óptico, pero en el Mate 40 Pro Huawei lo ha igualado con la serie P y ahora nos ofrece 5 aumentos. No parece que haya cambios en esta lente sobre lo que veníamos viendo en modelos como el P40 Pro, con resultados muy consistentes en el balance de blancos y paleta de color con respecto a la lente principal, aunque no tanto en rango dinámico.
5x
El nivel de detalle sorprende, especialmente cuando tenemos elementos bien definidos como esta planta, tanto que poco tiene que envidiar al resto de lentes. La consistencia entre lentes suele ser un punto débil en móviles de cámara múltiple, pero en la apuesta fotográfica de Huawei supone uno de sus puntos fuertes. Tenemos la sensación de que las lentes funcionan como una sola y no de forma independiente.
La versatilidad queda reflejada claramente cuando vemos los pasos de zoom que tenemos disponibles en la app. Por encima del teleobjetivo podemos hacer zoom híbrido hasta los diez aumentos y, si queremos, podemos llegar hasta 50 aumentos.
10x
50x
Ampliando a diez aumentos aguanta muy bien, pero si vamos al detalle hay una clara bajada de calidad. Con 50 aumentos no hace falta ni sacar la lupa y queda claro que su uso es más bien anecdótico.
Retrato y apertura
Comento estos dos modos en un único apartado por lo similar de su funcionamiento. El modo retrato solamente se aplica si detecta una cara y, para tener el efecto bokeh en fotografías de objetos, Huawei incluye también el modo apertura. Ahora que los dos permiten editar la cantidad de desenfoque y ajustar el punto donde queremos el foco (antes solamente se podía en el modo apertura), no tiene demasiado sentido esta distinción, al menos sobre el papel. Veamos qué pasa en la práctica.
Retrato
El modo retrato suele acertar bastante en el recorte, incluyendo de noche, aunque si ampliamos en zonas complejas como el pelo vemos que hay algún corte más tosco. Con todo, está muy bien resuelto y el plano general queda bastante natural. El procesado de la cara sigue siendo agresivo y el rango dinámico se resiente, pero la mejora si comparamos con el modo retrato del Mate 30 Pro es notable (y si nos fijamos en la del P30 Pro es abismal).
Apertura
El modo apertura de Huawei ya daba resultados bastante naturales, tanto que en muchos casos lo hemos recomendado incluso para retratos. Nos deja ajustar el desenfoque tanto en el momento de la toma como después y suele crear un efecto mucho más gradual y menos de recorte.
El modo apertura vuelve a posicionarse como la mejor opción para hacer retratos a personas. Si no ampliamos, las fotos son casi iguales, pero el detalle es muchísimo mejor si usamos apertura.
Modo noche
El modo noche sirve como una especie de potenciador del detalle, pero por lo demás suele darnos resultados muy parecidos al del modo automático. De hecho, teniendo en cuenta que tarda varios segundos en completar el disparo, muchas veces veremos que no podemos detenernos tanto tiempo a usar este modo, o directamente que no nos compensa.
Tres ejemplos, tres veces en las que la diferencia entre automático y modo noche es mínima. La veremos sobre todo en texturas como el suelo o las paredes, que aparecen mucho más contrastadas con el modo noche, pero no hay diferencias ni en exposición ni en balance de blancos. Como decía, la mayor parte del tiempo no vale la pena esperar a que termine de completarse el disparo.
Cámara selfie
Este año la cámara selfie también gana versatilidad y nos ofrece tres focales (por software, eso sí). Importante saber que no permite hacer zoom de forma gradual como sí podemos con la cámara trasera, sino que solamente podemos elegir estas tres vistas mediante los accesos directos en el lateral. La calidad es correcta, sin alardes pero sin grandes fallos. El procesado de la piel es bastante natural siempre que no usemos el modo belleza en un nivel muy alto.
Entre los modos de disparo tenemos el retrato (que por cierto siempre está activo por defecto cuando abrimos la cámara selfie) y el modo noche. En selfies nocturnos la calidad cae bastante, pero sigue siendo salvable si tenemos una fuente de luz cercana (aquí solamente me iluminaba la pantalla del ordenador), y si no siempre podemos tirar del flash en pantalla.
Vídeos
Huawei destaca la grabación de vídeo hasta el punto de que una de sus lentes se llama Cine Camera, y lo cierto es que aquí he notado una mejora importante sobre la anterior generación. Tenemos grabación de vídeo en 4K, modo de súper cámara lenta y los nuevos modos ‘Tracking shot y ‘Toma estable’.
La estabilización de los clips es muy buena con ‘Toma estable’. Minimiza muy bien los temblores de los pasos y crea una transición muy suave. Hay diferencia si mantenemos la ‘Toma estable’ activada , pero no es abismal y a cambio pagamos la resolución y el zoom; con este modo solamente podemos grabar en FullHD y no tenemos acceso ni al angular ni al teleobjetivo.
Hablando de zoom, podemos abarcar desde el gran angular hasta zoom digital de 15 aumentos, y además podemos hacerlo tanto con la resolución en FullHD o en 4K. El salto entre las lentes es bastante brusco, sobre todo cuando de repente la calidad mejora al pasar al teleobjetivo. En 15 aumentos la calidad es muy pobre por lo que es mejor mantenerse en niveles de zoom bajos.
Con ‘Tracking shot’ tampoco vamos a poder ajustar la resolución o el zoom. De hecho, todo se hace de forma automática cuando detecta un objeto en movimiento. Dependiendo de la velocidad que lleve y la distancia, hará un zoom más rápido o gradual.
El vídeo con la cámara selfie también alcanza resolución 4K y nos deja hacer el mismo zoom que en el modo foto. Muy bien de detalle y rango dinámico, adaptándose rápidamente al cambiar de iluminación, y el modo belleza es bastante sutil aunque nos limita a resolución FullHD.
Huawei Mate 40 Pro, la opinión y nota de Xataka
Como ya dijimos en la toma de contacto, el Huawei Mate 40 Pro supone una mejora continuista sobre el modelo previo, aunque trae novedades muy necesarias como esa pantalla de 90Hz que ya vimos en el P40 y que vuelve a dar gran resultado. Habría sido un panel redondo de no ser por ese empeño de Huawei en mantener una curva que ya ha probado sobradamente ser más que prescindible.
También tenemos mejoras en el apartado energético, aunque más que en la duración Huawei se centra sobre todo en la carga rápida. El rendimiento está a la altura de la gama en la que compite con un Kirin 9000 que no se inmuta ante nada (aunque a veces suba de temperatura más de lo que nos gustaría) y se ha mejorado bastante el apartado del audio.
Con las cámaras, Huawei da otra vuelta de tuerca a una apuesta que ya funcionaba muy bien y ahora, además de versátil, se hace más coherente y huye de efectismos poco realistas. El diseño del módulo en forma de anillo ayuda a destacar la que sin duda es la función estrella del Mate 40 Pro.
En condiciones normales, el Huawei Mate 40 Pro sería uno de los candidatos más firmes a móvil del año. Tiene la pantalla, la potencia, el diseño y las cámaras, pero le vuelve a fallar el software.
En condiciones normales, el Huawei Mate 40 Pro sería uno de los candidatos más firmes a móvil del año. Tiene la pantalla, la potencia, el diseño y las cámaras, pero le vuelve a fallar el software. El Mate 30 Pro fue el primer buque insignia de la marca en llegar al mercado sin los servicios de Google y, lejos de la solución al conflicto, al nuevo modelo le ha tocado la misma cruz. Hay mejoras, pero la sombra de los servicios de Google es muy alargada y, aunque no usemos sus principales apps, vamos a tener que esforzarnos más en poner a punto el móvil. Que cada cual decida si le merece la pena pagar 1.199 euros, pero sin duda se hace muy difícil de recomendar.
8,7 Diseño9 Pantalla9,25 Rendimiento9,5 Cámara9,75 Software5 Autonomía9,75 A favor El diseño del módulo trasero es original.
Los 90Hz le sientan genial.
La carga rápida mejora una autonomía más que satisfactoria.
El Kirin 9000 puede con todo.
Tiene el conjunto de cámaras más versátil y con el procesado mejorado la experiencia es excelente. En contra El software. La sombra de los servicios de Google es muy alargada.
La curva de la pantalla es demasiado pronunciada.
La trasera mate es resbaladiza si no usamos funda.
El terminal ha sido cedido para la prueba por parte de Huawei. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas.